El primer director ejecutivo de origen africano en los 85 años de la ONG condena las violaciones "flagrantes" del Derecho Internacional por parte de ambos lados.
Cuenta Stephen Omollo que cuando visita países como Sudán
del Sur o Guatemala, al principio casi no pueden creer que dirija una
organización internacional, pero luego "les da esperanza" de que
cambiar el mundo es posible. Omollo es el primer director ejecutivo africano de
Plan International en los 85 años de historia de la ONG. Nacido en África,
"en un país en conflicto", y criado en Irlanda, explica que su
principal motivación es "trabajar por los derechos de las niñas y jóvenes
y por la igualdad de género". Desde que el 1 de febrero de 2022 llegó a su
actual puesto, el mundo se ha visto envuelto en una espiral de conflictos y
catástrofes humanitarias, desde la invasión rusa de Ucrania a la guerra entre
Israel y Hamas, pasando por los golpes de Estado en el Sahel. Los civiles -y
sobre todo los niños y niñas, recalca- son los que pagan el precio en forma de
violencia, hambre, miseria y desesperación y por eso reclama "darles
esperanza". EL MUNDO entrevista a Omollo en la sede de Plan en Madrid,
durante una visita para reunirse con las autoridades españolas.
Pregunta. Tengo que comenzar la entrevista preguntándole
por los terribles acontecimientos en Israel y Gaza, desatados por un ataque
terrorista de Hamas contra civiles israelíes con la subsiguiente respuesta del
ejército israelí contra Gaza. ¿Cómo observa Plan la situación?
Respuesta. La situación en Gaza, y en Palestina en
general, es realmente inquietante. Es inaceptable. Lo que estamos viendo en
Palestina, y Gaza en particular, y lo que sucedió en Israel es un colapso de la
sociedad. Es inaceptable y debe ser condenado en los términos más enérgicos
posibles. Plan internacional, con más de 20 organizaciones, emitieron una
declaración muy fuerte para condenar el conflicto que vemos ahora en Gaza, pero
también mencionamos tres cosas que son muy importantes. Primero, necesitamos el
cese de las hostilidades. Segundo, necesitamos acceso para permitirnos brindar
ayuda humanitaria y servicios a los niños que necesitan ayuda, a las
comunidades que están encerradas en la Franja y a las que no se puede acceder.
En este momento lo que está sucediendo en Gaza, incluso debajo de los
escombros, es una crisis humanitaria que raya la catástrofe. Y si la comunidad
internacional no actúa ahora y con rapidez, vamos a tener una gran escalada de
las hostilidades pero también un gran desastre. Sin atención médica, sin
electricidad, sin agua, sin acceso a la educación... todos los diferentes
elementos que necesita un ser humano se ven afectados. No podemos permitir que
eso suceda.
P. Entre las víctimas hay muchos niños que están
sufriendo, ¿cómo se aborda la posibilidad de enviar ayuda humanitaria desde las
ONG?
R. Lo inquietante es que, para la ONU y nuestras
organizaciones, hoy en día el acceso es limitado. El lugar está cerrado
completamente. Y por eso nuestra declaración hacía un llamamiento claro para
permitir el acceso de los trabajadores humanitarios y de organizaciones como
Plan. Pero además hemos intensificado nuestro nivel de preparación en Egipto,
en Jordania y en el Líbano. Espero que no veamos una escalada y un movimiento
masivo de refugiados, pero tenemos que prepararnos para eso. Así que también
estamos trabajando con la Media Luna Roja Egipcia y la Cruz Roja Libanesa y
jordana, porque se trata de organizaciones locales que ya tienen acceso
asegurado en estos países. Por lo tanto, estamos trabajando con las muchas
instituciones locales para intensificar nuestra acción humanitaria en estos
países porque creemos que eso es lo que hay que hacer ahora. Ahora, el interior
de Gaza es el contexto más difícil porque no hay acceso. Este es el problema y
por eso hicimos un llamado a las autoridades para que garanticen el acceso. El
desastre que se ve ahí dentro... ¿Por qué permitiríamos que los niños lleven la
marca, independientemente de la parte del mundo de la que vengan, que soporten
el peso de la guerra que nunca ha sido causada por ellos? Es por eso que
nuestra declaración fue muy clara y me alegra que haya muchas acciones
diplomáticas para permitir que llegue la ayuda. Queremos dar un paso adelante
como organización y vamos a intensificar nuestro trabajo al respecto para
asegurarnos de que respondemos de manera efectiva si ocurriera una afluencia de
refugiados.
P. ¿Qué piensa la decisión de Israel de establecer un
bloqueo de alimentos, agua y electricidad en Gaza?
R. Es inaceptable. Va en contra del Derecho
Internacional. Lo que está sucediendo, y todos sabemos cómo comenzó el
conflicto, con las acciones de Hamas, es deplorable. Esas acciones de Hamas son
deplorables. Las acciones de Israel son igualmente horribles, deben ser
condenadas. Ambos lados por igual. Desde ambas partes hay violaciones
flagrantes del Derecho Internacional Humanitario. Es por eso que el mundo no
puede quedarse de brazos cruzados cuando el Derecho Internacional Humanitario
se viola sin rodeos ante nuestros ojos. Y es por eso que me complace que las
acciones diplomáticas entre bambalinas pidan a Israel que permita el acceso y
que se asegure de que mantengan y se presten los servicios. Como cualquier otra
ONG que se guía por los principios de la humanidad, imparcialidad e
independencia condenamos la guerra de ambos lados.
P. Gaza tal vez pueda ser un ejemplo de que cuando la
comunidad internacional descuida algunos conflictos y crisis, y deja a las
poblaciones sin asistencia, el vacío lo ocupa el extremismo. ¿Ve paralelismos
con la explosiva situación del Sahel?
R. Sí. Ayer, en una reunión con el personal de Plan aquí
en Madrid mencioné una crisis de la que la gente se ha olvidado: Myanmar. Nos
hemos olvidado muy rápidamente de que los niños de Myanmar siguen sufriendo. Y
tenemos el Sahel, del que casi todo el mundo se ha olvidado y donde los niños
mueren de desnutrición. En todo el Cuerno de África ocurre lo mismo, pero el
Sahel es una región crítica porque también tenemos conflictos, golpes de
Estado... La región se encuentra en un contexto de conflicto, además de un
contexto de crisis alimentaria. Así que es casi como una doble tragedia para
las comunidades y para los niños en esta parte del mundo. En lugares como Gaza,
con un conflicto durante años y años, hace décadas que la ONU estableció una
agencia para abordar la cuestión de Palestina en términos de ampliar la
respuesta humanitaria. Hubo un reconocimiento de que necesitábamos ampliar
nuestra presencia en la región para abordar esta respuesta. Ahora bien, ¿es eso
suficiente? No. La comunidad internacional ha estado, según la expresión en
inglés, en el doble filo de la espada, lo que significa que habla por ambos
lados de la boca. Por un lado, dice que hay que respetar el derecho
internacional humanitario. Por otro lado, no ha estado denunciando las
atrocidades que se han cometido y apoyando a las comunidades que están
retenidas en estos campamentos, durante años y años. Así que lo que vemos en
todas estas partes del mundo es lo que yo llamo el colapso de la sociedad. Yo
lo veo como una ruptura, una desintegración de la sociedad. Hubo muchas buenas
acciones que tuvieron lugar durante la afluencia de refugiados que salían de
Ucrania hacia Europa. Vimos mucho apoyo a la causa. Me gustaría ver un
sentimiento similar de acción y apoyo en otras partes del mundo, en Gaza y en
otros desastres olvidados.