El estado de sitio declarado para Pando, en principio, no ha ayudado al entendimiento. Pero el Gobierno justificó que la situación no podía seguir como estaba en ese departamento, a pesar de que el prefecto Leopoldo Fernández había logrado un acuerdo de paz.

Tampoco ha coadyuvado al diálogo la ocupación del domicilio de la Delegada Presidencial en Santa Cruz, ni la actitud de los cívicos de los cinco departamentos opositores de insistir en las tomas de oficinas y entidades estatales, así como de los chaqueños que persisten en el propósito de cerrar las válvulas de exportación de gas natural.

El Gobierno nacional ha congelado la mediación de Argentina, Brasil y Colombia, una decisión que no ha caído bien en la administración de Lula da Silva. Un vocero aludido por el diario Folha, de Sao Paulo, ha dicho que parece sólo retórico el deseo del presidente Evo Morales de estar buscando la paz.

La presencia de mediadores internacionales, ya sea de instituciones, como la OEA o la ONU, de países específicos o de personalidades extranjeras, podrá ayudar a que las negociaciones avancen. Nunca será tarde para promover la llegada de amigos internacionales.

Si existiera entre los actores de la política boliviana alguna tentación de ofender a la otra parte en medio de una negociación, provocando de esa manera rupturas no deseadas, la sola presencia de los extranjeros serviría de factor disuasivo. Por lo menos, garantizaría el respeto de las formas de ese encuentro, evitando las ofensas impertinentes.

Lo demás lo tendrían que poner los líderes nacionales. Para ello deberán tomar en cuenta, todos, oficialistas y opositores, que al asumir los cargos que ocupan actualmente juraron respetar las leyes y la Constitución, pero sobre todo lealtad a Bolivia.

 
Una buena señal, de parte del Gobierno, sería anunciar la suspensión de los preparativos del cerco de los movimientos sociales al Congreso Nacional, previsto para el martes, con el objetivo de que se aprueben leyes que interesan al MAS.
Por su parte, los departamentos de la denominada media luna tendrían que ofrecer la apertura de sus estatutos autonómicos, para que puedan ser conciliados con una Constitución que sea elaborada a partir del nuevo espíritu de unidad, entendimiento y concordia que debe surgir de la negociación.

La primera reunión del Gobierno con el Conalde ha permitido una aproximación a acuerdos referidos al IDH, lo que es una muy buena noticia. La creación de fondos especiales para financiar obras imprescindibles en los nueve departamentos sería la fórmula, además de otros ajustes.

 
La tarea, no obstante, se presenta dificultosa. El país está mirando ahora a los actores de este momento tenso de la historia de Bolivia. Los líderes políticos, cívicos y sindicales deben saber que lo que quede de este país a partir de ahora, ya sea una sociedad armoniosa y pacífica o un campo de batalla, ha de ser obra de ellos.