El caso de Chile es particular. Bolivia no tiene relaciones diplomáticas, fundamentalmente por la demanda de reintegración al océano Pacífico desde la invasión a las costas de Antofagasta en 1879, mientras que Chile presenta un déficit energético que pone en riesgo su industria del cobre (65% de sus exportaciones).

Veamos país por país. La posibilidad de vender electricidad a la Argentina desde Tarija es analizada por la boliviana Guaracachi. El proyecto de 120MW, con tecnología de ciclo abierto, abre la posibilidad de vender a las distribuidoras del norte argentino. Dado el crecimiento de la demanda argentina, es posible anticipar que para 2010, Bolivia exporte más de 300MW hora, con una generación de divisas anuales, tomando una base de $us 50 por MW hora de unos $us 70 millones al año.

Con el Brasil, existe la posibilidad de ubicar plantas termoeléctricas en Puerto Suárez y/o tender líneas de transmisión desde Santa Cruz, para las generadoras del Chapare (boca de pozo) o Santa Cruz. La realización del proyecto de hierro y acero del Mutún daría la masa crítica para exportar electricidad, en volúmenes superiores a 500MW. Otro tema importante con el Brasil es el proyecto fronterizo Madera-Mamoré (4,000MW), por el cual apelo a la atención de las autoridades bolivianas y de los departamentos de Beni y Pando para que le den la prioridad. Por su tamaño e importancia, ENDE debería hacer un consorcio con las empresas bolivianas como contraparte para el Brasil.

Paraguay y Uruguay son mercados que se pueden surtir desde Tarija. Con Paraguay podríamos acordar un acuerdo de “swap” para que este país utilice la capacidad que tiene en Itaipú (800MW) para surtir su mercado interno, y Bolivia le provea en electricidad. Ambos países ganarían. En el futuro, con la existencia de una línea de transmisión entre Bolivia y Paraguay, se haría más factible el tendido de otra línea al Uruguay. Pero esto es para un horizonte 2015.

Sin embargo, el mercado que ofrece mayor potencial inmediato es Chile. Por razones de crecimiento de la demanda en el norte minero, Bolivia tendría la oportunidad de exportar electrones en vez de moléculas de gas, que fue uno de los temas que encendieron los movimientos políticos de octubre del 2003. El Sistema Integrado del Norte Grande de Chile (“SING”) posee 3,500MW de capacidad instalada. Un tercio funciona a gas, alimentado por dos gasoductos (Norandino y Gas Atacama) y es altamente dependiente de los contratos temporales que han suscrito Bolivia y Argentina. Cuando se deja de vender a Argentina, estas centrales dejan de funcionar ya que se rompe la triangulación de gas (cf. ministro Villegas). El otro tercio lo componen centrales a carbón que son las que dan seguridad al sistema a un costo promedio superior a $us 70 por MW. El tercio final son las centrales de punta (diesel), cuyo costo de producción marginal excede los $us 90 por MW. El SING crecerá al 7% anuales. Nuevos proyectos mineros (Gaby, expansiones de Chuquicamata, Collahuasi y Escondida), deberían requerir 100MW por año.

Bolivia puede en un tiempo muy breve (toma sólo 18 meses armar una planta de ciclo abierto), estar en capacidad de proveer unos 200 MW (por problemas de transmisión, el SING no despacha más de 250MW por planta), ya sea desde Potosí (cerca de Punutuma) o a boca de pozo desde Tarija, lo que requeriría el avance urgente de la interconexión entre Potosí y Tarija. Entre Punutuma y las minas de cobre, se encuentra San Cristóbal (70MW/h). El tema, que propuse anteriormente, ha sido llevado a la palestra política por el ministro Soliz Rada. De mantenerse el acercamiento entre Bolivia y Chile, se podría pensar en que se firme un contrato de venta de energía a los precios actuales de $us 70 por MW. En cuyo caso, Bolivia presentaría por primera vez en su historia una balanza comercial casi equilibrada con Chile, facturando $us 80 millones al año. Obviamente, las razones históricas y geopolíticas e intereses comerciales podrían hundir un proyecto así, cuyo costo, incluyendo la transmisión, es de $us 110 millones.

Sin contar Madera-Mamoré, Bolivia exportaría para el 2010, 300 millones de dólares en electricidad al Cono Sur. Chile es la opción inmediata y a la vez la más compleja.

*Christian Inchauste Sandoval
es economista.