Cowen, tremendamente aliviado por que Irlanda ha desencallado el proceso de integración europea y al mismo tiempo no ha materializado un voto de castigo contra el impopular Gobierno, acogió con clara satisfacción el resultado.

 

«Hoy es un buen día para Irlanda, un buen día para Europa», dijo. Destacó que «el resultado muestra la determinación de Irlanda de estar en el centro de Europa».

 

«Ahora trabajaremos junto con nuestros socios», añadió el primer ministro irlandés, «para asegurar que las reformas que introduce este Tratado sean implementadas. El pueblo irlandés ha apoyado las reformas, con el fin de que la UE pueda ser más eficiente y más efectiva a la ahora de afrontar las preocupaciones globales que todos encaramos».

 

De 43 circunscripiones en que se divide el país, sólo en dos triunfó el «no» y lo hizo por muy estrecho margen. En el resto de Irlanda, el resultado ha dado un giro del 20 por ciento del «no» al «sí» en este referéndum comparado con el del año pasado.

 

El «sí» podría superar el 60%

 

Aunque aún es pronto para concretar los porcentajes registrados, pues el recuento, comenzado esta mañana a las 9 (10 hora peninsular española), continuará hasta el final de la tarde, el apoyo al texto constitucional europeo podría superar el 60 por ciento, mientras que los detractores se podrían quedar por debajo del 40 por ciento.

 

Todo indica que la opción defensora del Tratado se impondrá con rotundidad, como ya avanzaban anoche algunos sondeos a pie de urna encargados por partidos políticos. El margen de la victoria será mayor que el registrado por el «no» el año pasado, cuando logró el 53,3 por ciento frente al 46,6 por ciento de apoyos.

 

Uno de los primeros en proclamar el triunfo del «sí» ha sido Declan Ganley, el millonario fundador de Libertas, gran protagonista de la campaña del «no» el año pasado. Ganley, que sólo a última hora entró esta vez en campaña para intentar evitar la ratificación del Tratado, calificó esta mañana de «abrumadora» la victoria de los partidarios del texto. Felicitó al primer ministro irlandés, Brian Cowen, por la «astucia» con la que el Gobierno, apoyado por la oposición, ha sabido defender los intereses de Bruselas.

 

Tras este revés en las urnas, que sigue al fracaso en el intento de obtener en junio un acta de eurodiputado, Ganley admitió que reflexionará sobre una «retirada silenciosa» de la política.

 

El resultado, en cambio, supone un balón de oxígeno para Cowen, que ha logrado evitar que la gran impopularidad con el Gobierno se transformara en un voto de castigo en el referéndum. Con ello logra un cheque de tiempo para la coalición gubernamental con los Verdes.