Quien pensara que con las elecciones presidenciales de hace un año y la toma de posesión en el Kremlin en mayo pasado había acabado el largo traspaso de poderes se equivocó. Dimitri Medvedev, que hoy inicia una visita de Estado a España, es un joven y bien preparado presidente, pero el verdadero poder sigue estando en manos del ahora primer ministro. De hecho, Vladimir Putin ha alcanzado las cotas más altas de popularidad durante la presidencia de su sucesor. Tras la guerra de Georgia del verano pasado, el 81% de los ciudadanos rusos aprobaba su actuación.

Los cinco días de guerra de agosto marcaron una línea roja en los primeros diez meses de Medvedev en el Kremlin. Cuando el ejército georgiano comenzó a atacar la capital de Osetia del Sur, Tsjinvali, nada se movió hasta que Putin, que se encontraba en Pekín para la inauguración de los Juegos Olímpicos, dio el primer paso. Su reacción, sus protestas ante el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, le valieron reconocimiento en el interior de Rusia. Cuando Medvedev ordenó la entrada de los tanques en Georgia, nadie dudaba ya de que la decisión última la había tomado Putin, el hombre fuerte de Rusia.

Esa guerra relámpago también fue el pistoletazo de salida para que la crisis económica comenzase a penetrar en el país. El precio del petróleo iniciaba su cuesta descendente, los inversores huían con su dinero, asustados por los tanques. Pero el Kremlin y el gobierno ruso insistían en sus utopías. La palabra crisis no comenzó a pronunciarse aquí con todas sus letras hasta que Putin reconoció que la crisis había llegado, en el congreso de Rusia Unida el 20 de noviembre.

Los economistas están ocupados estos días en enumerar los errores cometidos en los años de vacas gordas. Los gobiernos del presidente Putin no aprovecharon para crear un sistema financiero que permitiese un desarrollo diversificado del país, es la idea general. "Llevar a cabo proyectos de inversión exige recursos financieros a largo plazo, y eso no ha existido en Rusia. Los bancos rusos no son capaces de dar esa posibilidad a las empresas", explica el profesor de Mercados Financieros y de Inversión Nikolai Berzon a La Vanguardia."El 60 por ciento de los créditos que recibieron las compañías entre el 2005 y el 2007 eran créditos a menos de un año. "Las empresas rusas se han tenido que endeudar en el extranjero".

Estos errores de momento no han hecho cambiar la estructura de poder diseñada por Putin entes del cambio presidencial. En la práctica, hasta el momento los dos líderes rusos han funcionado como un equipo. En noviembre pasado, Medvedev impulsó la primera reforma de la Constitución rusa, que permitirá al próximo presidente, sea quien sea, estar en el cargo durante seis años en lugar de los cuatro actuales.

Esta iniciativa levantó otra vez especulaciones sobre los planes de Putin. ¿Está Medvedev preparando el retorno de Putin al Kremlin?, era la pregunta del millón. El diario Vedomosti apostaba por esta hipótesis: "Había que elegir un sucesor que llevase a cabo los cambios constitucionales que permitiesen a Putin volver y estar en el Kremlin durante un mandato más largo", escribía el diario, quien señalaba que la reforma se pensó meses antes.

Para aclarar definitivamente quién lleva la iniciativa hoy por hoy en Rusia, el último conflicto de estos diez meses: la crisis del gas con Ucrania. Fueron Putin y su homóloga ucraniana, Yulia Timoshenko, los que finalmente oficializaron la solución.

Pero esta situación no es definitiva. Los economistas apuntan que el desarrollo de la crisis actual puede modificar la balanza del poder. Tanto si sucede una catástrofe como si la crisis se convierte en plataforma para las reformas necesarias que vuelva a atraer capital. De momento, el rublo ha perdido el 30% de su valor, el paro supera ya el 8% y la economía se ha ralentizado como consecuencia de la falta de liquidez. Medvedev ha criticado siquiera una vez la lentitud de las medidas del gobierno de Putin y los equipos de ambos han intercambiado algunos tirones de oreja. Pero sin hacer sangre.

BALANCE DEL RELEVO EN EL KREMLIN

SIN RESOLVER:Sigue la ola de asesinatos políticos

El asesinato en el centro de Moscú del abogado Stanislav Markelov y la periodista Anastasia Baburova, el pasado 19 de enero, ha sido una de las noticias más destacados del primer año de presidencia de Dimitri Medvedev. Pero no han sido los únicos asesinatos políticos por encargo de estos meses. El 31 de agosto del año pasado el dueño de la página web Ingushetia. ru, Magomed Yevlov, perdió la vida en un coche de la policía por un disparo accidental en la cabeza, según la versión oficial. El 13 de noviembre, el director del periódico Jimkinskaya Pravda,Mijail Beketov, fue atacado por desconocidos en la ciudad de Jimki. Sobrevivió, pero tuvieron que amputarle un pie y dos dedos de una mano. Su periódico había denunciado casos de corrupción en su ciudad. Son nombres que se unen a una larga lista de casos sin resolver. Los más conocidos durante la presidencia de Vladimir Putin fueron los de Anna Politkovskaya y Alexander Litvinenko.