El ex magnate, declarado culpable en el segundo juicio del caso Yukos. Motivos políticos: El Kremlin no quiere dejarle libre antes de las elecciones del 2012, según la defensa. La voz de la calle: Los antidisturbios detienen frente al tribunal a 20 personas afines al condenado.
El mismo
día que Moscú quedó cubierta por una traicionera capa de lluvia helada,
terminaba el juicio más sonado de la historia moderna de Rusia.
Mijaíl
Jodorkovski, coronado en tiempos como el oligarca más rico e influyente del
país, recibió ayer su segunda sentencia de culpabilidad. El tribunal del
distrito de Jamovnícheski comenzó la lectura de la sentencia, que puede
prolongarse días, y en seguida el juez Víktor Danilkin dejó claro que
encontraba a Jodorkovski y a su ex socio Platón Lébedev culpables del cargo de
fraude para robar toneladas de petróleo y del cargo de lavado de dinero.
Durante
horas, la expectación fue intensa en esa colina junto al río Moscova que mira
sobre la blanca estación de Kíev. Los seguidores del empresario caído en
desgracia se negaban a abandonar las inmediaciones a pesar de los incidentes
ocurridos por la mañana, cuando el juez despejó la sala y la policía dispersó
la pequeña manifestación en apoyo a los acusados que se montó en la calle. Los
agentes antidisturbios, disfrazados de astronautas para la ocasión, arrestaron
a una veintena de personas.
Tras un
pequeño tumulto al inicio de la sesión, sólo un grupo de periodistas alcanzó a entrar
en la sala para escuchar las palabras del juez: "El tribunal ha
establecido que M. Jodorkovski y P. Lébedev cometieron actos de fraude en
complicidad con un grupo de gente y utilizando sus actividades
profesionales". Luego, el magistrado ordenó a casi toda la prensa
abandonar las instalaciones. Y lo mismo se ordenó a la esposa de Mijaíl
Jodorkovski, Inna, y a su hija. Uno de los abogados del ex empresario se
mostraba después destrozado al analizar lo ocurrido. Yuri Schmidt aseguró que
no comprendía la expulsión de la esposa y que era la primera vez que veía una
cosa así. "Tampoco se dio ninguna explicación para que no hubiese prensa.
Sólo dijeron que ya se sabía por qué era", explicó Schmidt.
A
Jodorkovski y a su compañero se les acusa de robar a empresas subsidiarias de
Yukos unos 25.000 millones de dólares en petróleo o, lo que es lo mismo,
prácticamente todo el petróleo que produjo la petrolera entre 1998 y el 2000, y
todo el petróleo que exportó entre los años 2000 y 2003, y luego de lavar los beneficios.
La defensa ha argumentado que la acusación es absurda, porque entonces Yukos no
habría tenido beneficios, y asegura que existen motivos políticos para mantener
a su defendido en la cárcel. El equipo de fiscales comenzó pidiendo 14 años de
prisión, aunque sus pretensiones se han reducido a sólo seis.
Jodorkovski
se encuentra actualmente cumpliendo el último año de una sentencia de ocho
impuesta en el 2005 tras el primer juicio del caso Yukos. Los seguidores del
empresario, la oposición liberal y organizaciones de derechos humanos creen que
aquel y este juicio han sido impulsados desde el poder por motivos políticos.
Bien es
cierto que Mijaíl Jodorkovski, que hoy tiene 47 años, era a principios de los
años noventa uno de los oligarcas que se aprovecharon de las enloquecidas
privatizaciones organizadas en los primeros años tras el fin de la URSS. Junto
a varios socios compró varias empresas por un precio irrisorio. Entre esas
empresas se encontraba la factoría de fertilizantes Apatit y la petrolera
Yukos. Con el tiempo, esta se convirtió en la mayor empresa de hidrocarburos de
Rusia y una de las mayores del mundo. Cuando se cruzó el nuevo siglo,
Jodorkovski era uno de los hombres más influyentes del país. La revista Forbes
llegó a ponerle la corona de hombre más rico de Rusia y valoró sus haberes en
15.000 millones de dólares.
Cuando
se suponía que había un pacto de caballeros entre el entonces presidente,
Vladímir Putin, y las grandes fortunas del país, Jodorkovski financiaba a los
partidos de la oposición, tanto a liberales como a comunistas, y se le
comenzaba a ver como un serio adversario del Kremlin. En julio del año 2003 la
policía detuvo a Platón Lébedev, en lo que se interpretó como un serio aviso a
Yukos y a su presidente. Tres meses después, las fuerzas especiales asaltaban
el avión privado de Jodorkovski durante una escala en un aeropuerto de Siberia.
Desde entonces, no conoce la libertad.
Los dos
acusados tendrían que abandonar la cárcel el año que viene. La cercanía de las
elecciones, parlamentarias en diciembre del 2011 y presidenciales en marzo del
2012, hace pensar a sus defensores que todo se ha orquestado para impedir que
Jodorkovski se convierta en un símbolo de la, aunque diminuta e insignificante,
al parecer peligrosa oposición liberal.
La
veterana disidente soviética y defensora de los derechos humanos Ludmila Alexéyeva,
presidenta del Grupo Helsinki-Moscú, aseguró ayer que esperaba la declaración
de culpabilidad. "Aun así, estoy disgustada. El juez tendría que haber
sido un héroe para dar un veredicto exculpatorio", dijo junto al tribunal.
Lo mismo
pensaban los pocos cientos de personas que gritaban en la calle. "¡Abajo
el Estado policial!", "¡Libertad! ¡Libertad!", eran los lemas de
los congregados hasta que intervinieron los astronautas.
La
lectura de la sentencia estaba prevista para el pasado 15 de diciembre. La
condena a Jodorkovski iba a coincidir con el tradicional maratón televisivo de
preguntas y respuestas de Vladímir Putin, que se iba a celebrar un día después.
Pero el juicio se aplazó sin previo aviso.
Frente a
millones de rusos, el hoy primer ministro pero verdadero hombre fuerte del
tándem que forma con el presidente Dimitri Medvédev, Putin dijo que las manos
de Jodorkovski estaban manchadas de sangre. También comparó a Jodorkovski con
el magnate estadounidense Bernard Madoff, condenado en su país a 150 años de
cárcel, y dijo que "un ladrón debe estar en la cárcel".
Los
abogados del ex magnate creen que los comentarios de Putin estaban destinados a
presionar al juez. "Lo que oímos no nos deja dudas de que se estaba
presionando al tribunal, y que el tribunal no era libre para tomar su
decisión", aseguró el principal abogado defensor, Vadim Kliuvgant. Para
las voces críticas contra el poder, este segundo juicio contra Jodorkovski
demuestra que las promesas del Kremlin para reformar la justicia y acabar con
la corrupción en los tribunales sólo son palabras hueras.
El
diario Nezavísimaya Gazeta publicó el pasado viernes un artículo firmado por
Mijaíl Jodorkovski que se ha interpretado aquí como un contraataque a las
palabras de Putin. En todo caso, un testimonio de defensa. En él, dice sentir
pena por los hombres que sólo sienten amor por los perros. "Es el único
sentimiento sincero que atraviesa la armadura de hielo que lleva el símbolo
nacional de este comienzo de milenio". Más emocionadas sonaron sus
palabras en la última sesión antes de la sentencia, celebrada a finales de
noviembre. "Estoy preparado para morir en la cárcel", aseguró
resignado.
Un gran
juicio en la nueva Rusia
Mijaíl
Jodorkovski funda el banco Menatep en 1987
Una
ganga
En 1995
compra la petrolera Yukos por sólo 350 millones de dólares
El más
rico de Rusia...
Forbes
estima su fortuna en el año 2001 en 15.000 millones de dólares
... y de
los más influyentes
Utiliza
su fortuna para financiar a la oposición a Putin, presidente de Rusia
Caída al
infierno
Detenido
en el 2003 y acusado de evasión de impuestos, desfalco y fraude. Condenado a
ocho años de prisión
Adiós a
Yukos
Bancarrota
de la primera petrolera de Rusia. El Estado subasta sus acciones