Paisley y el Sinn Fein - brazo político del IRA- han sido los triunfadores de las elecciones a la Asamblea del Ulster, poniendo aún más tierra de por medio respecto a sus rivales. El resultado es interpretado como un mandato popular para la constitución de un gobierno autónomo a finales de mes... si es que ambos están dispuestos. La fagocitación de la política de la provincia es un hecho, y los partidos duros se han comido a los blandos (los unionistas del UUP y los nacionalistas moderados del SDLP). Un uno en la quiniela.

Los interrogantes sobre qué va a ocurrir a partir de ahora siguen siendo muchos, y el propio Paisley dio un mensaje contradictorio y ambiguo. Primero, en la lectura de una declaración preparada de antemano, pareció abrir las puertas a la entrada en el gobierno con el Sinn Fein el 25 de marzo - como le exigen Londres y Dublín-, hablando de que "los votantes han decidido pasar página y sentar las bases de una administración estable". Sin embargo, poco después, improvisando en entrevistas a la BBC y la televisión del Ulster (UTV) ya sin la ayuda de un texto preparado, volvió a ser el energúmeno de siempre y dijo que "el IRA ha de cambiar todavía mucho y si no lo hace, romperemos la baraja".

"Tony Blair me ha mentido - gritó Paisley casi descompuesto-. Me prometió que el IRA se iba a arrepentir públicamente de las atrocidades cometidas e iba a denunciar ante la policía los nombres de los republicanos implicados en asesinatos, pero no ha sido así". Todo es parte del tira y afloja para obtener las últimas concesiones, especulándose que el visceral reverendo ha pedido a Londres 15 millones de euros a fondo perdido para dar un empujón económico a la provincia y parar el golpe de la próxima privatización del agua, el tema de mayor preocupación para los votantes. "Toda la vida ha sido gratis - dice Joe Flanagan, que lleva un puesto de periódicos y chucherías en la calle Mayor de Ballymena-, y de repente nos pasan una factura de 200 euros. Y resulta que como no hay contadores mi mujer y yo tenemos que pagar lo mismo que el vecino, que lava cuatro coches los fines de semana, y que diez polacos que viven arracimados en el piso de arriba".

Por el momento, Paisley ha dejado todas las opciones abiertas, a ver qué arranca en las próximas semanas y cuál es la reacción de sus seguidores. El partido lo tiene bajo control, gracias a la lealtad de su hijo Ian Jr. y el estratega Peter Robinson (que se inclina por formar gobierno), que neutralizan la oposición de los llamados doce apóstoles del unionismo,y las acusaciones de "traición". Pero no hay que olvidar que es un pastor protestante, y su Iglesia Libre Presbiteriana podría rebelarse si forma gobierno con los pecadores del Sinn Fein.

En la pista del polideportivo de Ballymena, las mujeres se dedicaban a contar votos y a su alrededor los candidatos - en su inmensa mayoría hombres- esperaban sentados el resultado. De un lado de la barrera Paisley, del otro McGuinness, sin saludarse ni intercambiar miradas, ambos con los montones más numerosos de papeletas. Pero el sistema de voto único transferible complica los resultados, ya que los votos superfluos se reciclan por un sistema de preferencias.

Casi todos los pesos pesados de la política norirlandesa, incluidos los líderes de los cuatro grandes partidos, resultaron elegidos en seguida. Pero aunque estaba claro quiénes eran los grandes ganadores, la composición definitiva de la Asamblea dependía de la distribución de los últimos votos. Brian Wilson conquistó un escaño para el Partido Verde, y todo apuntaba a que la china Ann Lo (Partido de la Alianza) iba a ser la primera representante de una minoría elegida en toda la historia de la provincia.

"We beat the Shinners!" - ¡Hemos ganado a los shinners!, un término despectivo con el que los protestantes se refieren a los republicanos, jugando con la palabra pecadores (sinners)- gritó Paisley con el puño al aire tras recibir el mayor número de votos, por delante del candidato local del Sinn Fein. A continuación se peleó en antena con el periodista de la BBC que lo entrevistaba y acusó a la televisión pública británica de "hacer el juego al IRA con el dinero de los contribuyentes".

Ballymena es bastión unionista y ciudad hermanada con Gibraltar. En la Segunda Guerra Mundial, y temeroso de un ataque nazi, el gobernador de la base militar del Peñón ordenó la evacuación de todo el personal no esencial a las Islas Mauricio, Marruecos, Londres... Un contingente importante de niños, mujeres y ancianos fue exiliado a barracones en el corazón del Ulster, donde vivían refugiados y se quejaban amargamente del mal tiempo, el frío y la comida. La campaña para ser repatriados adquirió tanta fuerza que se convirtió en el embrión del primer movimiento político civil gibraltareño. Hoy es territorio Paisley.

La inexorable ley de Murphy

Las cosas siempre pueden ir a peor, como el candidato republicano independiente Gerry McGeough pudo comprobar ayer en persona. Perder las elecciones con tan sólo 814 votos fue sólo el principio de sus males. Poco después la policía lo detuvo en el centro electoral de Omagh, acusándolo nada menos que del asesinato en 1981 de un miembro del UDR (Regimiento Republicano del Ulster, una especie de Guardia Nacional).