Después de doce años de guerra civil (1980-1992) y de quince años en la oposición parlamentaria, la antigua guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) puede hacerse con el poder en El Salvador.
Su candidato en las presidenciales de hoy, el moderado Mauricio Funes, muestra la nueva cara de este grupo de inspiración socialista y revolucionaria. Sin embargo, su rival conservador, Rodrigo Ávila, insiste en recordarles un pasado comunista y atribuirles vínculos con Fidel Castro, Hugo Chávez y la izquierda radical.
Mauricio Funes, periodista de prestigio y de ideas moderadas que promete «un cambio tranquilo», consiguió reunir a empresarios, políticos conservadores, jueces, banqueros e incluso militares. Junto a él, aspirante a la vicepresidencia, un miembro de la vieja guardia: el comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén. Desde su proclamación en noviembre de 2007 y hasta las legislativas del 18 de enero, Funes se mantuvo con holgura al frente de todas las encuestas.
Pero el sólido liderazgo de Funes en los sondeos forzó a que todo el bloque conservador se uniera para apoyar al candidato de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en el poder desde 1989. Así, con una campaña extremadamente agresiva en la que advierte de los «peligros de la izquierda en el poder», Rodrigo Ávila ha conseguido en sólo dos meses acortar distancias, y hoy llegan a las urnas en empate técnico.
El FMLN se resintió de los comicios de enero pese a sumar más votos, más diputados y tres decenas de alcaldías más que en 2006. Por el contrario, y pese a que tuvo casi 100.000 votos menos que el Frente y perder dos escaños y 30 ayuntamientos, Arena sacó partido de su victoria en la alcaldía de San Salvador, que arrebató al FMLN.
Su propia vía
Funes se niega a alinearse con una de las dos izquierdas dominantes en el continente, la moderada de Lula y Bachelet y la radical de Chávez y Ortega: «Los matices se deben a las necesidades propias de cada uno de los países y de las demandas que plantean los pueblos. Yo no tengo por qué alinearme a una izquierda u otra». Mientras, la derecha se resiste a «entregar El Salvador a los amigos de la narcoguerrilla colombiana y a Hugo Chávez».
Por lo pronto, el FMLN ya cuenta con la neutralidad de EE.UU. Y, sea como fuere, ni ARENA ni el FMLN tienen mayoría en el Congreso, por lo que el ganador estará obligado a buscar alianzas.
