Benedicto XVI evoca "el temor al burocratismo europeo". Nueva visita papal a un país cuya independencia fue muy alentada por el Vaticano.
Benedicto
XVI se pronunció ayer de manera inequívoca a favor del pronto ingreso de
Croacia en la Unión Europea. "Es un pueblo que está en el centro de
Europa, de su historia y de su cultura - dijo Joseph Ratzinger en el avión que
lo llevaba a Zagreb-.En este sentido, pienso, es lógico, justo y necesario que
entre".
La visita pontificia se produce no sólo en vísperas de la recta final de la
negociación de Croacia con la UE sino cuando se cumplen 20 años de su
independencia, un proceso doloroso, marcado por la guerra, pero alentado
entonces con gran determinación por Alemania y el Vaticano, dos realidades que
convergen en la persona de Benedicto XVI.
El Papa mimó el orgullo croata - y cierta visión nacionalista-cuando citó e
hizo suya una frase del fallecido cardenal Franjo Seper, según el cual los croatas
"no somos balcánicos, somos Mitteleuropa".Luego constató el profundo
catolicismo de Croacia y la "larga historia de fidelidad que vincula
vuestro país a la Santa Sede". El Pontífice expresó la relevancia de que
un país como Croacia se incorpore a la UE y contribuya así a solidificar las
raíces cristianas del continente, una de las preocupaciones obsesivas de Joseph
Ratzinger desde que accedió al sillón de Pedro.
Benedicto XVI manifestó comprensión por el escepticismo creciente entre los
croatas sobre las ventajas de la adhesión la UE (las encuestas detectan una
fuerte caída a raíz de la condena a 24 años de cárcel, por crímenes de guerra,
del general croata Ante Gotovina, una sentencia dictada en abril por el
Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia). Según el Papa, "se
puede entender que quizás hay un miedo al burocratismo centralista europeo
demasiado fuerte, a una cultura racionalista que no tiene suficientemente en
cuenta la riqueza de la historia y también la riqueza de la diversidad histórica".
Joseph Ratzinger no quiso que quedara ambigüedad alguna sobre su condena al
régimen fascista croata, títere de los nazis. Ese régimen ustashi "era una
mentira" que daba a Croacia la ilusión de disfrutar de una autonomía e
independencia, pero en realidad "estaba instrumentalizada por Hitler para
sus fines". El Papa aludió a este periodo histórico cuando le preguntaron
por el cardenal Alojzije Stepinac, beatificado por Juan Pablo II. Stepinac,
reprimido por los comunistas de Tito, es un personaje con sombras. Los serbios
lo acusan de connivencia con los fascistas croatas. Benedicto XVI rezará hoy
ante la tumba de Stepinac en la catedral de Zagreb, un gesto que a buen seguro
no contentará a todos en una región envenenada por agravios históricos no superados.
Croacia, con un 89,88 por ciento de católicos entre sus 4,4 millones de
habitantes - según cifras de la Santa Sede-,es uno de los países ex comunistas
más visitados por los papas. Juan Pablo II estuvo tres veces. El acto central
de este viaje, deslucido ayer por fuertes tormentas, será hoy una misa en un
hipódromo de la capital para celebrar la jornada nacional de las familias
católicas. El Vaticano, que según el presidente Ivo Josipovic, tuvo "un
papel histórico clave en la supervivencia de la moderna Croacia", quiere
acompañarla también en el complejo tránsito hacia la plena incorporación a
Europa.