Nuevo choque cultural, con desenlace trágico, en el seno de una familia musulmana inmigrante en Europa. Un hombre pakistaní mató a su esposa, a golpes de ladrillo, porque ella se atrevió a defender a una hija de ambos, de 20 años, que rechazaba el matrimonio concertado por el padre con un compatriota.
El drama sucedió el domingo por la tarde en Novi, una población del norte de Italia, cerca de Módena. La riña familiar derivó en un brutal ataque de los varones de la casa contra las mujeres. El hijo mayor, de 19 años, tomó partido por el padre y atacó a su hermana con una barra de hierro. La chica sufrió heridas graves en el cráneo pero su vida, según los médicos, no corre peligro. Peor suerte tuvo la madre, de 46 años. Los ladrillazos asestados por el marido le causaron lesiones de las que moriría poco después de ser ingresada en un hospital, adonde fue trasladada en helicóptero, junto a la hija. Los dos agresores fueron detenidos por los carabineros.
La familia pakistaní protagonista de la tragedia tiene cinco hijos. Una adolescente de 14 años no se encontraba en casa cuando se produjo la pelea. Los dos pequeños huyeron despavoridos al percatarse de lo que estaba ocurriendo. Los Butt Hamad llevan tiempo viviendo legalmente en Italia y, al parecer, la relación con los vecinos ha sido siempre buena. El padre, de 53 años, trabajaba como soldador. El hijo había encontrado empleo recientemente como ayudante en una tintorería. En la zona de Módena se ha instalado una nutrida comunidad pakistaní que trabaja sobre todo en el sector agrícola.
La historia de los Butt Hamad antes de la fatal riña ilustra una de tantas trayectorias anónimas de inmigrantes que salen adelante en Europa con sacrificio y duro trabajo. Pero la familia pakistaní simboliza también las tensiones que provoca el contacto con valores a veces contrapuestos. Los hijos, criados en el país de acogida y con mentalidad bicultural, pueden ser las víctimas inocentes de los traumas, del profundo desgarro del alma que a menudo ocultan estas familias trasplantadas desde sociedades muy tradicionales a la Europa de hoy.
La veinteañera Nosheen se negaba a seguir la costumbre de que el padre escoja al marido para su hija mayor. En este caso era un primo de mucha más edad que ella. Esta tradición no encajaba en el ambiente en el que ella se ha movido en Italia. El padre y el hermano insistían en que, antes de decir no al pretendiente, al menos lo conociese y lo tratase. La madre daba la razón a la hija.
Durante los últimos años se han producido en Italia varios casos similares. En septiembre del 2009, una chica de 18 años, de origen marroquí, murió a manos de su padre, furioso porque se había ido a vivir con su novio italiano. El homicida tramó una verdadera emboscada a la pareja. Mató a cuchilladas a la hija e hirió al novio. Los expertos apuntan que las comunidades más expuestas a este tipo de conflictos son las de marroquíes, pakistaníes e indios, pues suelen vivir más cerradas del entorno. Estos episodios, lamentablemente, alimentan el discurso xenófobo en algunos sectores políticos. En las regiones septentrionales de Italia contribuyen al auge de la Liga Norte. Ciertos medios se hace una lectura muy particular de los hechos. "Parece un suceso del Medioevo islámico", afirmaba en portada el diario Il Giornale,propiedad de la familia de Silvio Berlusconi, y añadía: "Los apóstoles de la sociedad multicultural y multirreligiosa no podrán decir que es un caso aislado".
