Calor humano pero frío meteorológico. La presencia del papa Francisco en Brasil ha coincidido con una ola de mal tiempo y nieve en el sur del país como no se vivía desde al menos el año 2000. En un país donde la nieve es un fenómeno raro, casi exótico, la noticia de los copos blancos en 35 ciudades del sur compite en los informativos con la de la visita del Sumo Pontífice con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Incluso en Río de Janeiro hace hoy un tiempo desapacible. Las playas de Copacabana e Ipanema estaban casi desiertas esta mañana, con un océano embravecido que no invitaba al baño. 

Una masa de aire seco y frío polar -del Polo Sur, obviamente- es la responsable de la nieve, que puede seguir cayendo en los próximos días. Las previsiones indican que hasta en la ciudad de Sao Paulo, la más poblada de Brasil, que está muy próxima al trópico de Capricornio y a una altura de 760 metros sobre el nivel del mar, los termómetros pueden bajar hasta sólo 8 grados centígrados o menos. La máxima será de apenas 14 grados. En algunas ciudades del estado de Rio Grande do Sul hubieron de cerrarse escuelas debido a la nieve. 

Los meteorólogos creen que la ola de frío puede deberse a que la capa de hielo en la Antártida, en este invierno austral, es una de las mayores desde que comenzaron a realizarse mediciones por satélite, en 1979.