Por lo menos en dos oportunidades, tras defender la ¿decisión soberana? de recuperar el manejo de los recursos petroleros y gasíferos, la presidenta felicitó a un amplio arco opositor: la Unión Cívica Radical, controlada por el sector de Ricardo Alfonsín, el Frente de Amplio Progresista, que dirige el socialista Hermes Binner, y Proyecto Sur, de Fernando Pino Solanas.

"Es hora de iniciar una etapa diferente", machacó y disparó contra Macri, quien parándose como líder de una franja de centro derecha que por ahora hace pie en la Capital Federal y en algún que otro distrito, como Santa Fe, vaticinó que la expropiación del 51% de las acciones de Repsol "es muy mala para los argentinos... será peor dentro de un año... nos endeuda y por muchos millones".

Macri señaló a los Kirchner como responsables de la desconfianza hacia la Argentina: "Fueron –dijo– socios activos de la privatización de YPF y son los responsables exclusivos de haber perdido el autoabastecimiento ¡Y ahora dicen que van a resolver el problema! ¿Lo van a manejar como Aerolíneas Argentinas, como el tren?"

Pero un día después, quizá motivado por el análisis de encuestas que reflejan un respaldo mayoritario a la nacionalización y resignado a que "el daño ya está hecho", Macri anunció que si es elegido presidente en el 2015, mantendrá el esquema de control estatal de YPF impulsado por la Casa Rosada, pero "haciéndolo bien".

Ello motivó la irónica respuesta de la presidenta. Cristina se congratuló por el hecho de que Mauricio haya salido a ¿recomponer la situación? tras una noche de desvelo y diálogo imaginario con su beba Antonia. "Se dio cuenta de las gansadas que estaba diciendo", comentó.

La batuta de las explicaciones oficiales la tomó uno de los jóvenes de "La Cámpora", Axel Kicillof, quien secunda a Julio De Vido, en la intervención a YPF. Axel resaltó que la acogida de la sociedad fue "fantástica" y reprochó al CEO de Repsol, Antonio Brufau, haber apostado al negocio financiero "con una lógica que no respondía a los intereses argentinos: desinvertía en el país, para invertir afuera", afirmó.

Vendrán ahora las pujas por "un justo precio" que repare la expropiación. Según pudo saber "Río Negro", una vez completado el trámite parlamentario, la presidenta abriría las compuertas para tratar de alcanzar una salida por consenso, algo que hoy parece muy lejano. Mientras tanto, España ya adoptó represalias (restringirá las importaciones de biodiesel de la Argentina como una suerte de "castigo"), pero no consiguió adhesiones prácticas. Hubo muestras de preocupación de Estados Unidos y la Unión Europea, pero el FMI sentenció que se trata de un caso bilateral y México desistió de una propuesta para impulsar la expulsión de la Argentina del poderoso Grupo de los 20 (G-20).

"Es una fábula que estemos desconectados del mundo", proclamó el ascendente Kicillof. En tanto, el economista y actual embajador en Francia, Aldo Ferrer sostuvo a "El Tribuno", de Salta, que detrás del debate que se observa en los diarios hay concepciones diferentes: "La defensa a ultranza de lo anterior corresponde a un país periférico y subordinado, que es lo que imperó cuando se vendió YPF... nos endeudamos en esa euforia del desendeudamiento y la globalización hasta llegar a la insolvencia, y en el camino nos llenamos de pobres con una crisis como la de 2001... no alcanza con tener YPF, ahora hay que usarla como corresponde".