Daud murió en el acto y Kneip resultó herido, aunque su vida no corre peligro. Otras seis personas murieron en la explosión, registrada en la bien vigilada y amurallada sede del gobernador de la provincia, que también resultó herido. Entre los muertos figuran dos guardaespaldas alemanes de Kneip, un mayor y un sargento. Alemania ya lleva más de 50 soldados muertos en Afganistán. Otra mujer soldado alemana que actuaba como traductora se encuentra herida muy grave.

El atentado sigue a la matanza de doce personas, la semana pasada, en una manifestación de protesta de dos mil personas frente al cuartel de las fuerzas alemanas en Talukan. Los soldados alemanes y gubernamentales afganos dispararon contra la multitud. No ha quedado claro si los manifestantes lanzaban piedras o también algún explosivo, como se dijo. La manifestación protestaba por la muerte de cuatro personas, una de ellas mujer, en una operación militar de fuerzas de Estados Unidos que identificó a los muertos como insurgentes del Movimiento Islámico de Uzbekistán, organización que vuelve a ser activa en el norte de Afganistán desde su casi total disolución en el invierno de 2001.  

Aunque la muerte de personajes importantes como Daud y la herida de un alto mando de la OTAN, han tenido mayor repercusión, la masacre más importante tuvo lugar en el otro extremo del país, en la provincia sureña de Hellmand, con 12 niños y dos mujeres muertos y otros seis civiles heridos en un bombardeo de la OTAN. Entre los heridos hay tres niños y una mujer, informó la agencia Efe desde Kabul. En otro suceso registrado en la remota y atávica provincia de Nuristán, 18 civiles y 20 policías habrían muerto en otro bombardeo de la OTAN, según el gobernador provincial, Jamaludín Bader, informa la misma agencia.

2777 civiles murieron el año pasado en Afganistán, según cifras de la ONU, un 15% más que el año anterior.