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18/02/2006 | EE.UU. paraliza el comercio exterior de Corea del Norte con amenazas a los bancos

Rafael Poch

Las entidades dejan de operar con Pyongyang ante la advertencia de aplicarles la ´Patriot Act´

 

El comercio exterior del régimen norcoreano está paralizado desde septiembre. Las medidas de Washington contra el "lavado de dinero" han provocado una debacle comercial, vuelven a poner en duda la voluntad negociadora de la Casa Blanca y podrían comprometer a China ante Kim Jong Il.

Un banco de Macao vital para el sistema financiero y el comercio exterior de Corea del Norte anunció ayer la suspensión de todas sus relaciones con Pyongyang. El anuncio del banco Delta Asia es consecuencia de la amenaza de Washington de aplicar contra la entidad toda una serie de sanciones comprendidas en la Patriot Act,mediante las cuales se prohíbe a los bancos norteamericanos abrir o mantener cuentas corresponsales con la entidad. Acusado en septiembre por Washington de "lavar el dinero" del comercio ilícito de Corea del Norte, el banco Delta Asia, que lo niega todo, fue intervenido entonces por el Gobierno de Macao, una región autónoma de China, y ha respondido a esa amenaza suspendiendo sus relaciones con sus clientes norcoreanos, unos 50, y congelando depósitos de 21 millones de euros.

Lejos de ser un problema concreto hacia un banco sospechoso,la medida forma parte de una estrategia de asfixia económica del régimen del caudillo Kim Jong Il. Corea del Norte depende de bancos corresponsales extranjeros para realizar sus transacciones. Ante la amenaza de medidas similares, todos los bancos que trabajan con Corea del Norte decidieron suspender sus relaciones hasta que se aclare la situación. Según fuentes bancarias y empresariales familiarizadas con Corea del Norte, esta estrategia ha paralizado el comercio exterior norcoreano desde el pasado mes de septiembre.

En Dandong, una ciudad-enlace ferroviario del nordeste de China por la que pasa el grueso de las importaciones y exportaciones de Corea del Norte, el tráfico comercial está prácticamente paralizado desde septiembre. China es el primer socio comercial de Corea del Norte.

Esta crisis ha estallado después de que se detectaran claros progresos en el proceso de conversaciones y consultas sobre la crisis nuclear entre Estados Unidos y Corea del Norte arbitradas por China. Con su comercio exterior y sus finanzas paralizados, Corea del Norte, un país frágil en el que cualquier trastorno económico repercute en la dieta y necesidades básicas de centenares de miles de personas, ha anunciado que no regresará a las conversaciones mientras no se levanten lo que de hecho son unas sanciones.

Estados Unidos acusa a Corea del Norte de toda una serie de contrabandos ilegales, desde narcotráfico hasta falsificación de dólares. Observadores independientes consideran que esas acusaciones tienen base. Pero el régimen también tiene una actividad comercial exterior perfectamente legal y legítima, incluida la exportación de armas convencionales. La actual medida lo paraliza todo y equivale casi a un bloqueo. Al desencadenarlo en un momento en el que las negociaciones parecían tener cierta perspectiva, Washington muestra, de nuevo, su ambigüedad hacia las conversaciones, como ya hizo cuando Bush y Condoleezza Rice llamaron "tirano" a Kim Jong Il. Como declaró un observador, "un principio elemental de la diplomacia es no insultar o sancionar a aquel con quien estás negociando o quieres negociar".

La crisis también coloca a China, principal socio comercial de Pyongyang y valedor de los esfuerzos internacionales hacia una salida diplomática de la crisis nuclear, en una situación muy delicada. Macao es una región de China, y su gobierno forma parte de la Administración china. Los norcoreanos, que son patológicamente desconfiados y mantienen el régimen más cerrado del mundo, pueden ver en todo el asunto una traición del gran vecino que es su principal puerta y vía de diálogo hacia el exterior. Así, esta última vuelta de tuerca de Washington contra el régimen de Kim Jong Il parece estar muy bien calculada.

"Se trata de un intento de destruir nuestro sistema por el procedimiento de desangrarnos", declaró un portavoz de Exteriores norcoreano. "Si Estados Unidos quiere reanudar las conversaciones a seis bandas, deberá cancelar las sanciones", señaló un comentario de la agencia oficial KCNA. En Seúl, el presidente surcoreano, Roh Moo Hyun, se ha declarado en desacuerdo. "Si Estados Unidos quiere resolver el problema de esta manera, tendremos fricciones".

La Vanguardia (España)

 



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