El vicepresidente condena los disturbios en Kenosha pero evita citar a Jacob Blake, última víctima de la brutalidad policial.
Las calles de Estados Unidos vuelven a arder por la ira
de los activistas contra el racismo, la estela de violencia que a veces
engendra o se le acopla, y el choque de los manifestantes de ‘Black Lives
Matter’ con ciudadanos armados dispuestos a tomarse la justicia por su mano. En
este contexto explosivo, con una pandemia histórica poniendo a prueba la
fortaleza y la moral del país, el Partido Republicano volvió a pedir anoche
cuatro años más para que el presidente Donald Trump pueda “terminar de hacer América
grande de nuevo”. Como si no estuviera ya en la Casa Blanca y la
responsabilidad de las tensiones sociales fuera de otros. Es Trump o enfilar
“la senda del socialismo y el declive” de la mano del demócrata Joe Biden,
alertaron anoche durante la tercera noche de su convención nacional,
reconvertida en un show televisivo debido al coronavirus.
“La dura verdad es que no estaréis seguros en los Estados
Unidos de Biden”, aseguró la pasada madrugada el número dos de Trump, Mike
Pence, en su discurso de aceptación de la candidatura a vicepresidente
pronunciado en directo desde Baltimore (Maryland). Biden es en realidad “el
caballo de Troya de la izquierda radical” y recortará los fondos a la policía,
dijo el exgobernador de Indiana, a pesar de que el demócrata ha dicho
explícitamente que no apoya ese tipo de iniciativas. Pence le acusó de no haber
dicho “ni una sola palabra” la semana pasada durante la convención demócrata,
“sobre la violencia y el caos que está arrasando las ciudades de este país”.
Unas horas antes, Biden publicó un video mensaje
condenando la “violencia inútil” en Kenosha (Wisconsin), la ciudad donde este
domingo un policía pegó varios tiros por la espalda a un hombre negro llamado
Jacob Blake , utilizando los mismos términos que cuando se posicionó contra los
disturbios que sacudieron a Minneapolis tras la muerte de George Floyd.
“Déjenme ser claro: La violencia debe acabar. Sea en Minneapolis, Portland o
Kenosha”, afirmó Pence, que por su parte a quien no mencionó fue a Blake. Hay una
investigación abierta para aclarar lo ocurrido. El hombre, según su familia,
estará paralítico de cintura para abajo. “Demasiados héroes han muerto
defendiendo nuestras libertades como para ver a los americanos tirándose los
unos a los otros. Restauraremos la ley y el orden en América”, advirtió el
vicepresidente.
No es exactamente un mensaje nuevo. Hace cuatro años, en
su discurso de aceptación de la nominación presidencial republicana, Donald
Trump prometió a los estadounidenses acabar con las “imágenes de violencia en
nuestras calles y en caos en nuestras comunidades”. “El crimen y la violencia
que hoy aflige a nuestro país pronto llegará a su fin”, aseguró. “Cuando preste
juramento el año que viene, restauraré la ley y el orden en nuestro país”, dijo
Trump en Cleveland (Ohio).
Instalado en la Casa Blanca y en plena campaña por la
reelección, Trump se ha encontrado a sí mismo este año haciendo la misma
promesa de nuevo con la violencia inflamando Kenosha (Wisconsin) después de que
un policía blanco tiroteara a un negro desarmado, se reactivaran las protestas
raciales que sacuden al país desde mayo y las milicias de autodefensa salieran
a las calles. Está por ver si aún puede ser efectivo, qué puede más si el miedo
a que la violencia se extienda por todo el país como los republicanos aseguran
que ocurrirá o el deseo de cambio de los estadounidenses.
Hoy jueves debería ser la noche de Trump, la velada en
que aceptará la nominación presidencial tras cuatro días de convención
organizada al servicio de sus deseos. Su equipo no descarta sin embargo que
tenga que aplace el discurso en función de cómo avance el huracán Laura, que
debía golpear el este a la altura de Texas y Luisiana en las próximas horas. De
momento, la convención republicana ha lanzado con precisión diferentes mensajes
a los colectivos electorales que más necesita para iniciar la remontada y
empezar a difuminar la distancia que separa a Trump de Biden en los sondeos.
Ha habido mensajes y ponentes pensados para activar a la
base más radical del presidente, energizada por discursos como los pronunciados
ayer por una monja-militar-cirujana que definió a Trump como el presidente más
pro vida de la historia de Estados Unidos; las mujeres, con testimonios de
colaboradoras del presidente que ensalzan su apoyo como la secretaria de prensa
Kayleugh McEnany, que recalcó la empatía mostrada por Trump cuando supo que se
había sometido a una doble masectomía para prevenir el cáncer de pecho; los
votantes de los ‘suburbs’ en general, destinatarios últimas de sus advertencias
sobre el caos que consumirá a EE.UU. si gana Biden; los miembros de la policía
y las fuerzas del orden, representadas anoche por el agente Mick McHale, o el
ejército; el electorado afroamericano y las minorías, a las que se provoca con
demostrar que no son propiedad de los demócratas…
La función de Mike Pence, devoto evangélico, era en el
2016 y es en el 2020 mantener movilizada a la derecha religiosa. “La gente
piensa que [Trump y yo] somos un poco diferentes pero he aprendido mucho
mirándolo… Sabe mantener las cosas interesantes”, dijo riendo, “pero sobre todo
sabe mantener sus promesas”. Al término de su discurso de Pence, pronunciado en
el patriótico Fort Henry (Baltimore), escenario de la batalla que inspiró la
letra del himno nacional de Estados Unidos, apareció por sorpresa en el escenario
el presidente Trump, que robó los flashes finales de su vicepresidente, con
mucha menos capacidad que él para movilizar a las masas.
Imposible separar los discursos de anoche de su contexto
más inmediato. La ciudad de Wisconsin, uno de los estados más disputados en las
elecciones de noviembre, se ha convertido el último escenario del choque entre
dos Américas que parecen irreconciliables. Un joven de 17 años, Kyle
Rittenhouse, fue detenido anoche como sospechoso de ser el autor de los
disparos que anteanoche dejaron dos muertos en la Kenosha, un amante de las
armas y de la policía. En las redes sociales, Rittenhouse aparecía con camiseta
con el eslogan ‘Blue Lives Matter’, el movimiento que reivindica a los
policías, uniformados de azul.
“¿Debemos sorprendernos porque chicos de 17 años cojan el
rifle decididos a mantener el orden si nadie más lo hace?”, atizaba anoche
desde Fox News el comentarista ultraconservador Tucker Carlson. En Portland
(Oregon) los interminables choques entre manifestantes y policía, muestra según
Trump del caos que consume a las ciudades en manos demócratas, han derivado en
los últimos días en enfrentamientos entre manifestantes antirracistas y de
extrema derecha. Varios equipos de la NBA boicotearon ayer las competiciones
previstas en denuncia de la violencia policial y en apoyo de ‘Black Lives
Matter’. “Esta elección es sobre si queremos que América siga siendo América”,
dijo Pence sin aclarar a cuál se refería.