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19/10/2005 | Frente al nuevo escenario en el comercio de textiles y vestidos- Mejores condiciones laborales en las fábricas de Camboya

OIT Staff

El sector de los téxtiles y el vestido está revolucionado tras la liberación de las cuotas. Y aunque se temía que el fin de las restricciones sería catatrófico para la industria en diversos países, el escenario actual es mucho más complejo de lo previsto, dice un estudio preparado por la Organización Internacional del Trabajo para un encuentro */ que se realizará en Ginebra del 24 al 26 de octubre, con el fin de analizar, entre otras cosas, políticas que promuevan una globalización justa en este sector. Este artículo informa sobre lo que ocurre en Camboya, donde un proyecto de la OIT ayuda a la industria a enfrentar los efectos de la expiración del Acuerdo Multifibras.

 

Hace algún tiempo la ropa con la marca Walt Disney no podía ser fabricada en Camboya. La compañía había impuesto una prohibición porque la industria textil en ese país había sido acusada de violar acuerdos laborales internacionales, pero este veto ya se levantó, gracias a los resultados del proyecto de “Mejores fábricas” de la OIT.

Este proyecto mejoró las condiciones laborales de 270.000 trabajadores de la industria textil y contribuyó a un aumento de 17 por ciento en las exportaciones hacia Estados Unidos entre abril y junio de este año. En 2006, este proyecto recibirá los primeros aportes financieros de grandes compañías occidentales, como Gap Inc., Nike Inc., Reedbook International Ltd., Adidas Group, Levi Strauss & Co., Sears Holding Corp., Walmart Stores Inc., Hennes and Mauritz (H & M), the Children’s Place Retail Stores Inc. y The Walt Disney Company.

El proyecto nació en 1999 cuando Estados Unidos y Camboya subscribieron un acuerdo comercial. Este acuerdo prometía un mayor acceso al mercado de EEUU si la industria textil camboyana mejoraba sus condiciones de trabajo a través de la puesta en práctica de las leyes laborales nacionales y de las normas internacionales.

El proyecto tiene un enfoque multifacético que garantiza un ciclo de mejorías, incluyendo las medidas de control, la intervención directa y la capacitación. El aspecto mejor conocido es el del control. Las industrias se someten a visitas sorpresa por parte de los inspectores de la OIT, y los resultados son públicos. El más reciente informe no contiene ninguna evidencia de trabajo forzoso o trabajo infantil en las 60 fábricas controladas y reporta una mejoría significativa las condiciones laborales.

“La motivación inicial para mejorar las condiciones de trabajo en las fábricas de ropa de Camboya fueron sin duda resultado de la adjudicación de cuotas extraordinarias. Sin embargo, tras la finalización de este sistema de cuotas el país decidió continuar con esa política, puesto que los resultados han sido beneficiosos para todas las partes involucradas: los trabajadores, los fabricantes, la economía y los compradores internacionales”, explicó Sally Paxton, Directora Ejecutiva del Sector de Diálogo Social de la OIT.

El Gobierno Real de Camboya exige a todas las industrias que exportan vestuario registrarse en el proyecto “Mejores fábricas” para someterse a controles. El Gobierno, las organizaciones de empleadores, los sindicatos y los compradores internacionales han apostado por una estrategia sostenible, lo cual implica que incluso se harán cargo en forma progresiva de los costos del proyecto hasta que pueda autofinanciarse.

Ganadores y perdedores

 

Según el estudio de la OIT otras naciones asiátiacas, citadas con frecuencia como potenciales perdedoras por el fin del sistema de cuotas, no han sido afectadas negativamente. En Bangladesh, por ejemplo, las exportaciones de ropa bajarón en 52 millones de dólares en enero, pero registraron una recuperación de 157 millones de dólares en febrero y crecieron otro poco más en marzo.

Por otro lado, India, considerado como uno de los países que podrían benefeciarse del nuevo régimen, presenta un escenario más complejo. El país registró un incremento de 28 por ciento en sus exportaciones durante los tres primeros meses del año, al compararlas con el mismo período del año pasado. Pero también presenta una caída del 24 por ciento en las esportaciones de ropa, perdiendo cuotas de mercado frente a China.

En cambio, Pakistán se ha beneficiado en forma importante con la eliminación de las restricciones. Las exportaciones de textiles y vestidos alcanzaron niveles sin precedentes en los primeros cuatro meses de 2005, con un crecimiento mensual de 22,1 por ciento al compararlas con el mismo período del año anterior.

Según el estudio, China está aumentando su penetración en los mayores mercados de los textiles y el vestido. Tal como se esperaba, tras el fin del régimen de cuotas el empleo en la industria del sector en Estados Unidos y en la Unión Europea (UE) bajó durante los últimos meses de 2004 y los primeros de 2005. El descenso en Estados Unidos fue de 6,5 por ciento entre mayo de 2004 y mayo de 2005, mientras que en los 25 miembros de la UE alcanzó a 5 por ciento entre febrero 2004 y febrero 2005.

Mientras que gran parte de los países asiáticos parecen estar de lado de los ganadores, África y América Latina resultaron per judicadas por el fin del régimen de cuotas. Durante los tres primeros meses de 2005 las exportaciones a Estados Unidos de textiles y vestidos contempladas en el Acta para el Crecimiento y las Oportunidades de África, cayeron 25 por ciento comparadas con el mismo período de 2004. En Kenya, desparecieron 6.000 de los 39.000 puestos de trabajo generados por la industria del sector, y se estima que la mitad de todos los puestos de trabajo están en riesgo.

El aumento de la competencia de Asia ha causado la pérdida de cuotas de mercado por parte de los productores de textiles y vestidos de América Latina. El estudio cita el caso de México que no ha logrado competir en forma eficaz y ha perdido gran parte de las ganancias que le reportaba la industria del sector.

Promover una globalización justa

En el encuentro tripartita organizado por la OIT serán examinadas algunas estrategias innovadoras puestas en práctica en diversos países e industrias del sector para mejorar la competitividad, incluyendo la experiencia en Camboya. Este intercambio de experiencias aportará un material útil para el debate y la discusión con el objetivo de elaborar una estrategia global que promueva una globalización justa para el sector.

En 2002, la OIT y el gobierno de Marruecos emprendieron un Programa Piloto para Trabajo Decente focalizado en el sector de los textiles y el vestido. El plan de acción tiene dos componentes: el primero está relacionado con la mejora del diálogo social en la empresa y la industria, y el segundo con la promoción de la competitividad a través del aumento de la calidad del trabajo.

“Estamos convencidos que la restructutación y el crecimiento de la industria tienen que estar basados en el fortalecimiento de la dimensión social, que debe ser promovida de una manera integral y coordinada con la dimensión económica... es con los hombres y las mujeres que queremos darle a la industria una nueva cara”, explica el Ministro de la Industria y Crecimiento Económico de Marruecos, Salah-Eddine Mezouar, ex Presidente de la Asociación de fabricantes de textiles y del vestido de ese país.

La OIT ha puesto en práctica programas similares en Rumania y Filipinas. En Madagascar, un proyecto iniciado en 2004, tiene un objetivo similar al buscar el aumento de la productividad a través de la promoción del trabajo decente en las fábricas exportadoras.

Para aumentar la competitividad, algunos países e industrias del sector textil han desarrollado estrategias innovadoras e integrales.

Sally Paxton planteó que “la competencia global aumenta la necesidad de los países de encontrar modos de mantener y desarrollar sus mercados. Gracias a su experiencia con la OIT, Camboya ha elegido mejorar las condiciones de trabajo en cumplimiento con las normas laborales, aumentando la productividad y promoviendo el diálogo. Esta estrategia ha demostrado ser clave para aumentar la competitividad del país. El éxito de Camboya, para atraer nuevos compradores internacionales e incrementar los pedidos, es un ejemplo de que el cumplimiento con las normas del trabajo es una buena inversión”.

“La experiencia de Camboya es un ejemplo de estrategia exitosa, sus principios podrían ser fuente de inspiración en la elaboración de una estrategia global que promueva una globalización justa en el escenario posterior al Acuerdo Multifibras”, añadió.

 

__________

*/ Promover una globalización justa en el sector de los textiles y el vestido tras la expiración del Acuerdo Multifibras. Informe para discusión en la Reunión Tripartita sobre la promoción de una globalización justa en el sector de los textiles y el vestido tras la expiración del Acuerdo Multifibras. Oficina Internacional del Trabajo. Ginebra, 2005. ISBN 92-2-317495-3 (impreso). ISBN 92-2-317496-1 (web pdf).

www.ilo.org/public/spanish/dialogue/sector/techmeet/tmtc-pmfa05/tmtc-pmfa-r.pdf.

 

OIT en Linea (Organismo Internacional)

 



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