Un acuerdo que, a diferencia del caso español, une a los dos grandes partidos en la lucha contra la crisis financiera que azota la zona euro. 

Socialistas y conservadores portugueses se han puesto de acuerdo porque el ajuste "es indispensable para la defensa de la economía portuguesa y del euro", en palabras del primer ministro, José Sócrates. El líder de la oposición, Passos Coelho, que pidió disculpas a los portugueses por haber pactado una subida de impuestos, argumentó: "Hicimos lo que debíamos y no lo que nos gustaría hacer" para salvar la financiación de la economía portuguesa. El programa pactado prevé básicamente una subida del 1% en todos los tramos de IVA ydel 1,5% en el impuesto de la renta a los salarios superiores a los 2.375 euros mensuales. Mientras que en el capítulo del gasto, el Gobierno pretende ahorrar 1.100 millones de euros. El objetivo es reducir este año el déficit al 7,3% del PIB y al 4,6% en el 2011. La UE tiene establecido un techo del 3% para el 2013. 

El impopular ajuste portugués resulta muy duro para los ciudadanos, pero se trata de una situación de emergencia nacional. Y aunque unos y otros se habían negado hasta ahora a acometer una subida de impuestos, el ataque especulativo de las últimas dos semanas contra las economías de la zona euro ha obligado a Gobierno y oposición a ponerse de acuerdo en pedir a los portugueses un esfuerzo colectivo. Un plan que no habría podido aprobarse con el solo apoyo del partido del Gobierno, en minoría. 

En España, el drástico plan de ajuste del gasto para tratar de reequilibrar las finanzas públicas no sólo cuenta con el rechazo sindical, sino del principal partido de la oposición, el PP de Mariano Rajoy, que achaca la decisión a la sola responsabilidad del jefe del Gobierno para que sea este quien asuma el desgaste político que sin duda sufrirá "por el fracaso de las medidas anteriores". Una actitud que está a las antípodas del partido conservador portugués y que le puede reportar al PP, a medio plazo, un castigo electoral como el que ha empezado a dibujarse en el último barómetro del CIS.