Es prioritario proveer los recursos, que permitan neutralizar las diferencias a punto de partida, como forma de alcanzar las oportunidades de desarrollo humano integral, en especial en la etapa de la vida donde se consolida la formación personal.  El desafío es  hacerlo con seriedad y sin asistencialismo paralizante, y en especial desde el fomento y facilitación del acceso a la educación y a la herramienta de la formación personal, que sin duda son hoy mas que nunca, elementos esenciales para mejorar las probabilidades de alcanzar las oportunidades de superación personal.

Desde la formación personal adquirida por la educación, es posible construir civilidad, entendida como un modo de denominar a la convivencia social reglada, que permite el equilibrio entre el ejercicio de la libertad y la responsabilidad personal. La formación que tienda a desarrollar ése equilibrio tendrá el mérito de hacer de nuestras comunidades, ámbitos más seguros, más justos y más fáciles de vivir en convivencia, desde la base de la esperanza razonable en el logro de objetivos de proyectos de vida sustentables.

Esta búsqueda de estabilidad personal básica, que permite desplegar un programa de vida sobre el cual instalar las relaciones personales, la construcción de la familia y la planificación del futuro, tiene en el empleo un instrumento imprescindible. Desde el es posible tener un refugio donde protegerse de la ansiedad ante la incertidumbre de lo cotidiano. Empleo que es la garantía de la dignidad personal de ganarse la vida con su propio esfuerzo y que torna innecesario el asistencialismo por el asistencialismo puro, cuando las sociedades no se resignan a confundir el regalar pescado, con enseñar a pescar.

No se trata de prescindir de brindar la asistencia que requieren las situaciones de marginalidad extrema, y las situaciones especiales a los que la vida puede someter en momentos críticos. La solidaridad social traducida en acción  de estado, debe estar lejos de la caridad, del populismo y la demagogia y siempre mucho más cerca de la justicia social que es el verdadero cometido. Y así debe ser porque forma parte de la responsabilidad y de los deberes de la comunidad, cuando son ejercidas desde lo público ante las inclemencias de la vida.

Se trata en definitiva de fomentar los instrumentos que permiten la obtención del empleo, la superación y la calificación en el desarrollo del trabajo personal.

Existe una íntima relación entre educación, formación y mejor empleo. No tener en cuenta estas variables, será una forma de hacernos trampa al solitario.

No se debieran confundir l la mera asignación de recursos materiales y su cuantía siempre necesaria, con la calidad y desarrollo de programas efectivos a que aplicarlos y sus resultados, como no debieran confundirse los programas en si mismos, con la evaluación necesaria de los resultados esperados desde la planificación profesionalmente realizada. Hacerlo de otro modo, no es invertir, en todo caso será una forma mas de gastar que puede reconocer otras peores, pero que no apunta a la imperiosa necesidad de educar para la vida y formar para el progreso personal.

Siempre será necesaria una asignación asegurada de recursos presupuestales para el campo de la educación y la formación, pero este no es un número mágico que asegure los resultados por si mismos, porque siempre estos recursos deberán estar referidos al conjunto de recursos disponibles y a las necesidades sociales imperantes en cada tiempo, pero en cualquier hipótesis,  siempre deberán estar absolutamente atados al estricto  y evaluado cumplimiento de los programas y sus resultados.-

Representante Nacional -  Partido Colorado  - Uruguay

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