"Pero no es bueno vivir en la desconfianza, ni cuestionando la generosidad de otros, mas allá de las dudas razonables que se tengan. Por eso no hay mejor tranquilidad para todos, al adoptar medidas de gobierno, que hacerlo cumpliendo las leyes, sin que se pueda pensar por nadie que se esta sobrepasando el límite habilitado para el ejercicio de las delicadas funciones a su cargo.

En la administración de lo público, no se trata de hacer lo que se quiere, gobernar es hacer lo que se debe y como corresponde de acuerdo a derecho, lo demás, todo lo demás, es siempre y por lo menos, peligroso voluntarismo, mas allá de las buenas intenciones, que por formación siempre presumimos en los demás, aunque algunas veces pequemos de inocentes".

Nos parecía preocupante que personas sin revalidar su título, actuaran por un acuerdo político, sin el respaldo de las autoridades universitarias que tienen la responsabilidad de controlar y acreditar la idoneidad de quienes tienen que ejercer la medicina en el país. Pero el tema se fue agravando, antes diagnosticaban, ahora van mil intervenciones quirúrgicas con su participación.

Argumentar que son médicos que proceden de un país con idoneidad es inadmisible y no resiste el menor análisis. Debe acreditarse la idoneidad caso a caso y a trámite completo. No es la condición del país donde se obtuvo el título, la que acredita la idoneidad del solicitante. No se trata solamente de un tema normativo, se trata del imprescindible cuidado en los asuntos más graves a los que puede estar sometida una persona.

Cuando vamos a un consultorio médico, confiamos en el titulo hablitante que expidió una universidad con estándares acreditados de acuerdo a nuestras normas. Ese capital intangible de la confianza, está absolutamente reglado y así debe serlo.

Esto no esta bien aunque fuere bueno el resultado. Por algo se les quiere conceder ahora la habilitación y por decreto.

Desde ya el reconocimiento por las operaciones realizadas, y la satisfacción de que muchos compatriotas hayan podido mejorar la visión.

De lo que se trata no es de no ser agradecidos, sino de actuar con la seguridad debida, para que las cosas se hagan por el procedimiento exigido. Uruguay es un país abierto, no se requiere permiso de partido ni de jerarca alguno para tomarse un avión y viajar a cualquier parte, pero eso no significa que en esta apertura que felizmente tiene la sociedad uruguaya, se incumplan las garantías necesarias para poner la salud de nuestra gente en sus manos.

Una cosa bien diferente es que asista un profesional extranjero a un seminario, a una demostración científica, a realizar una actividad de su especialidad en un ámbito académico que mejora nuestros estándares, o que vengan profesionales del exterior ante una emergencia nacional. Sería absurdo que, cuando viene ayuda exterior, por ejemplo de los heroicos Médicos sin Fronteras y en medio del desastre se pidiera antes revalidar un título universitario.

Pero este no es el caso.  Son médicos cubanos actuando directamente, operando cientos de casos sin habilitación legal, hasta hoy sin siquiera decreto, y ahora con un decreto inviable del gobierno en un proceso sostenido y sin límite fijado. Cumple su deber  el Sindicato Médico del Uruguay en manifestar su preocupación. Nosotros la manifestamos públicamente hace casi tres años.

Ningún decreto puede acreditar la idoneidad de una reválida no culminada.

Un estudiante que rindió su última materia y la aprobó, pero que  no tiene el titulo expedido, no puede ejercer la medicina. Tampoco puede hacerlo quien no revalidó su título de medico obtenido en el exterior. Así de simple.

Después nos alarmamos porque los profesionales emigran del país. Pero en lugar de facilitar las cosas para los nuestros, preferimos saltear apresurada e irregularmente la convalidación de capacidades en complejas especialidades que aún no están acreditadas.

Representante Nacional -  Partido Colorado  - Uruguay

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