Dice la Real Academia Española:
Intransigente. Que no transige.
Transigir. 1. Consentir en parte con lo que no se cree justo, razonable o verdadero, a fin de acabar con una diferencia.
2. Ajustar algún punto dudoso o litigioso, conviniendo las partes voluntariamente en algún medio que componga y parta la diferencia de la disputa.

EN ESTE TEMA DE LAS PLANTAS DE CELULOSA, EL PRESIDENTE DE URUGUAY TIENE HOY LA RESPONSABILIDAD DE BUSCAR SALIDAS, PERO TIENE TAMBIEN LA OBLIGACION LEGAL DE SER INTRANSIGENTE.

El tema fue debidamente estudiado durante años, y esos informes vienen siendo ratificados por los organismos internacionales de mayor calificación. En consecuencia, no puede el presidente de Uruguay considerar justo, razonable o verdadero, perjudicar a quien tiene acreditado y reconocido su derecho, solo para complacer o por querer transar con el gobierno de Argentina, con el que ciertamente tantos lazos ha tenido.

Ni tiene facultades ni hay puntos dudosos, que puedan servir de fundamento para iniciar acciones que pudieren afectar a las personas por mayor interés que se tuviere en quedar bien con el presidente de Argentina.

Si el presidente Vázquez se permitiera dejar de ser intransigente como se pretende desde Casa Rosada, y por transigir, supongamos resolviera afectar ilegítimos derechos de los particulares actuando en contra del orden jurídico nacional y en este caso internacional y de los derechos reconocidos de quien fuere, estaría violando flagrantemente la ley e incurriendo en un grave y sancionable abuso de funciones e incurriría en gravísimas responsabilidades políticas y jurídicas.


Para hacer cumplir la ley en Uruguay tenemos un sistema legal que marca las reglas de nuestra convivencia como nación, y una Suprema Corte de Justicia, que es la cúspide de un Poder Judicial independiente como superior instrumento garantista.

Uruguay es un estado de derecho.

Debiera alguien informar al presidente de Argentina, que por aquí no es posible actuar del modo que pretende. Creer que así porque si, pueden prohibirse las obras, obligarles a cambiarse de lugar porque si, expulsar y perjudicar sin fundamento legal a sus legítimos propietarios que actúan autorizados y controlados dentro de la ley, es un gravísimo error de apreciación de la realidad institucional uruguaya por parte del vecino mandatario y su gobierno.

Por si fuera poco, se estaría violentando además el tratado de protección de inversiones con Finlandia aprobado por nuestro Parlamento, haciendo incurrir a nuestro país en violación de derechos y en graves responsabilidades, por razones políticas, jurídicas y éticamente inadmisibles.

Actuar del modo pretendido por el gobierno de Argentina no es posible, pero además generaría de inmediato un enorme perjuicio en lo económico por las responsabilidades subsecuentes y en la confianza en la necesaria inversión en el país.

Resulta evidente que las cosas por aquí parecen ser en este aspecto, diferentes que en la República Argentina.

Si se pretende agraviar adjetivando intransigencias, sosteniendo que se podría actuar sin respaldo legal, afectando derechos de las personas, incluidos los económicos y comerciales de los inversores será quizás, porque en su país le es posible hacerlo, con lo que sin duda debe generar una profunda preocupación en sus habitantes e inversores.

Lo del principio. Vázquez como cualquier otro uruguayo y el mucho más por el poder que ostenta, tiene el deber en este tema, de ser "intransigente". Carece de toda facultad de transar respecto de la planta de celulosa en proceso. Si así no fuera, estaría en graves problemas, porque un presidente en Uruguay, carece de la potestad de transar sobre la violación de los derechos de quien fuera.

Por eso, y muy por encima de toda diferencia que las tenemos en el manejo del asunto -y lo hemos dicho- en el sistema político nacional todo, damos nuestro total respaldo al presidente uruguayo.

Desde hace muchos años se tiene la razón, y hoy todos lo sabemos más que nunca, cuando esa razón uruguaya viene siendo reconocida abrumadoramente en cuanto organismo imparcial es llamado a intervenir, inclusive a pedido de Argentina.

Se está transitando una peligrosa ruta de colisión que todos dondequiera que estemos, mas allá de fronteras y posiciones, tenemos el superior deber de prevenir y resolver desde la razón fraterna, el irrenunciable respeto de la ley, y de la defensa de nuestra inalienable soberanía nacional.

(*) Representante Nacional – Partido Colorado.