Como nunca lo había hecho en México, el gobierno de Estados Unidos inició el despliegue de “asesores de inteligencia” en Ciudad Juárez, aprobó el uso de fondos del Pentágono para ayudar al gobierno mexicano y decidió ordenar a media docena de agencias asistir a la Secretaría de Seguridad Pública Federal en sus esfuerzos por retomar el control de la ciudad fronteriza.
Para terminar con la guerra que en Juárez ha dejado a más de 2 mil personas muertas tan sólo en 2010, Washington incluso aprobó que una agencia mexicana --la Secretaría de Seguridad Pública-- tenga acceso a los archivos de inteligencia de la DEA sobre capos, mantenidos en una zona de altísima seguridad en el Fuerte Bliss del Ejército estadounidense, en El Paso.
Estas y otras medidas han sido emprendidas por el gobierno de Barack Obama como parte de una estrategia general para detener el caos en Juárez y tutelar al gobierno mexicano en sus intentos por frenar la violencia en la frontera con Chihuahua, según se desprende de un programa de trabajo preparado por la embajada estadounidense, una copia del cual fue obtenida por este diario.
“México y los Estados Unidos hemos desarrollado un programa piloto en apoyo a los esfuerzos de México por confrontar y revertir la violencia que ha plagado a Juárez”, se indica en el programa, que sirve de croquis para entender el nivel de involucramiento que ha decidido tomar Washington en Juárez, ciudad gemela de El Paso y hoy por hoy la urbe más peligrosa de México.
El texto deja en claro que todas las medidas fueron aprobadas y consultadas con el gobierno mexicano:
“Este programa piloto se basa en los encuentros de equipos binacionales sostenidos en Juárez y en El Paso en enero y febrero de 2010. Apoyan el plan del gobierno de México para Juárez a través de entrenamiento, equipamiento, intercambios profesionales y compartir información en varias áreas”.
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En el informe se revela que la crisis de Juárez ha desatado un nivel de participación por parte de agencias de seguridad estadounidenses pocas veces visto, que incluye la presencia en territorio juarense de un “asesor” para entrenar a la Policía Federal en tácticas de inteligencia.
Así, detalla que como parte de la Iniciativa Mérida Washington obtuvo anuencia del gobierno mexicano para que en coordinación con un equipo que permanecerá en El Paso de agentes de la DEA, la CIA y el Pentágono, al menos un oficial estadounidense de inteligencia resida y entrene a las fuerzas federales desde Juárez.
“El objetivo es fortalecer la capacidad de recolección de inteligencia del gobierno mexicano y establecer lazos a través de la frontera entre las agencias de México y Estados Unidos para maximizar la información en tiempo real y guiar las operaciones estratégicas y tácticas mexicanas”, se asienta en el reporte. “(Mientras que) expertos de alto nivel guiarán el proyecto, un asesor técnico de Estados Unidos permanecerá tiempo completo en Juárez”.
Estados Unidos proporcionará entrenamiento para oficiales mexicanos en áreas de análisis, interrogación, inteligencia técnica y ya estableció contacto directo entre las agencias mexicanas de seguridad y el Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC por sus siglas en inglés) “para incrementar la capacidad de México de utilizar toda la información disponible y sostener un perfil de las operaciones de cárteles y pandillas”.
EPIC, radicado en la base militar de Fuerte Bliss en El Paso, es un centro de inteligencia de la DEA creado en la década de los setenta que incluye analistas de agencias como el Ejército, los Marines, la Fuerza Aérea, la Guardia Nacional, la DEA, el Departamento de Seguridad Interna, la CIA, la Patrulla Fronteriza y hasta el sheriff de El Paso, entre muchos otros.
“Especialistas estadounidenses de inteligencia basados en EPIC y sus contrapartes mexicanas en Juárez han establecido coordinación diaria para intercambiar informes. Estas investigaciones se han extendido a cómo funcionan los cárteles del crimen organizado y pandillas, resultando en varios arrestos significativos en ambos lados de la frontera”, se añade.
Washington también financiará la compra un avión de reconocimiento para la Policía Federal en Juárez, con el cual se pretende dotar a las tropas terrestres de información táctica.
“Un avión de vigilancia financiado por la Iniciativa Mérida ya está siendo producido para la SSP, que también está considerando el uso de aviones no tripulados”.
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La mano de Estados Unidos se extiende a otras áreas. De acuerdo con la información disponible, el Centro de Emergencia y Reacción Inmediata de Juárez (CERI) –cuyo mando fue transferido este año a la Policía Federal—comenzó a recibir datos por parte de las agencias estadounidenses basadas en EPIC para permitir a los policías mexicanos actuar de forma más efectiva.
Otro punto que se ha visto fortalecido a iniciativa de Washington es el combate al secuestro, para lo que se proporcionó entrenamiento especializado a unidades de élite de la policía federal y la policía de Chihuahua, con asistencia de la Policía Nacional de Colombia.
Para hacer lo más eficiente posible la cooperación entre agencias estadounidenses y mexicanas, el gobierno norteamericano decidió además utilizar fondos del Pentágono con miras a crear una red de “comunicaciones seguras” en toda la zona de El Paso y Juárez.
La administración Obama pidió al Departamento de Defensa financiar los siguientes proyectos, que serán administrados por la sección antinarcóticos de la embajada estadounidense en la Ciudad de México: instalación de un servicio de denuncias anónimas telefónicas en Juárez y comunicación encriptada para fuerzas policíacas que incluye la entrega de mil radios seguros para patrullas y policías que sea interoperable con los sistemas de la Secretaría de la Defensa Nacional.
El Pentágono pagará, asimismo, “la instalación de comunicaciones seguras entre fuerzas mexicanas y estadunidenses usando nexos de microondas a lo largo de 10 ciudades fronterizas”.
