En lo que va del sexenio, muestran los documentos obtenidos, las autoridades federales mexicanas han descubierto miles de paquetes con armamento oculto entre las millones de maletas que arriban en vuelos desde Estados Unidos cada año al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

Desde el 2006, el SAT ha embargado en las instalaciones del Aeropuerto capitalino un total de 127 armas, entre rifles, metralletas, sub-ametralladoras, escopetas y pistolas, además de decenas de cañones, culatas y percutores, así como casi 15 mil municiones de distintos calibres que van desde balas para arma corta calibre .22 hasta ojivas expansivas modificadas especialmente para penetrar blindajes.

Los manifiestos de embargos precautorios realizados por el SAT, liberados después de dos solicitudes de transparencia, detallan que en el 99.9 por ciento de los casos las armas provenían de Estados Unidos, lo que abre una pregunta: ¿cómo eludieron la seguridad en aeropuertos estadounidenses?.

Por ley, toda maleta debe ser revisada por equipos de detección de explosivos, capaces de detectar partículas químicas empleadas en armas, además de portales de rayos X, que en teoría deben detectar cualquier metal extraño.

Pero de acuerdo a una evaluación interna liberada parcialmente el 21 de septiembre pasado por la Oficina del Inspector General del DHS –el resto de su contenido es clasificado— el gobierno estadounidense detectó “vulnerabilidades en los procedimientos de revisión de carga empleadas por las líneas aéreas comerciales y en las instalaciones que deberían evitar que explosivos sean introducidos a los aviones”.

Al mismo tiempo, el reporte “Investigaciones Significativas 2008-2009” de la oficina del inspector general destaca que varios agentes federales estadounidenses, adscritos a aeropuertos de ese país, han sido corrompidos por organizaciones criminales dedicadas al contrabando de armas y droga.

Estos son algunos de los sumarios incluidos en el reporte, del cual MILENIO tiene una copia:

• “Investigamos a un Supervisor de la Administración de Seguridad y Transporte (TSA por sus siglas en inglés) que participaba en el contrabando de armas en un aeropuerto internacional estadounidense. La investigación determinó que el supervisor conspiraba con otros dos agentes de la oficina de Control de Aduanas y Fronteras (CBP)”.

• “Se investigó y arrestó a un agente de CBP adscrito a un importante aeropuerto internacional. Fuimos asistidos en la investigación por ICE en una investigación que reveló una conspiración de largo aliento para introducir narcóticos y contrabando a Estados Unidos”.

• Otro agente de ICE asignado a un aeropuerto en la frontera con México fue detenido –no se precisa la fecha—por permitir el paso de mariguana desde México y dar vía libre a que contrabandistas usaran instalaciones restringidas.Dos casos son particularmente llamativos. En uno, dado a conocer apenas en diciembre pasado, el Departamento de Justicia acusó a un oficial de CBP adscrito al aeropuerto internacional de Atlanta –que tiene vuelos de conexión directos con México-- de permitir el paso de armas y conspirar para la venta de armamentos a otros países, como Jamaica.

El segundo caso de corrupción detectado en aeropuertos estadounidenses involucró a un agente de la TSA que vendía al mejor postor las estampillas utilizadas para marcar el equipaje que ya ha sido revisado y que, por ende, permitía a las maletas pasar sin ser abiertas o introducidas a máquinas detectoras de explosivos.

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En paralelo a las investigaciones estadounidenses y aún después del fortalecimiento de las medidas de seguridad que ha instaurado el gobierno de Estados Unidos en sus terminales aéreas, miles de balas y más de un centenar de armas cortas y largas han encontrado su camino hacia territorio mexicano, según se desprende de las cifras del SAT.

En total, el gobierno mexicano ha logrado interceptar desde Estados Unidos tres mil cartuchos y 13 armas decomisados en 2006; 19 armas y 4 mil 359 cartuchos en 2007; 42 armas y 2 mil 813 cartuchos en 2008; 27 armas y 4 mil 604 balas en 2009; y 26 rifles y pistolas, así como 545 cargadores en 2010.