Cuando WikiLeaks dio a conocer la opinión que tiene la embajada de Estados Unidos sobre las agencias de inteligencia mexicanas, el resultado no fue muy halagador. “México está lejos de desarrollar un aparato de inteligencia autosuficiente”, se advirtió en un cable de la representación diplomática, que acusó al Centro de Investigaciones sobre Seguridad Nacional (Cisen) de estar “paralizado” ante el temor de hacer las cosas mal.
Pero
también el aparato de inteligencia de Estados Unidos en la frontera con México
tiene sus debilidades graves y no ha servido para predecir los movimientos de
los cárteles mexicanos de la droga o coordinar efectivamente las agencias de
seguridad en la batalla contra el narcotráfico, según revela una auditoría interna
elaborada por el Departamento de Justicia estadounidense.
Obtenida
por MILENIO, la auditoría, practicada en junio pasado al Centro de Inteligencia
de El Paso (EPIC, por sus siglas en inglés), revela que el principal órgano de
coordinación de inteligencia de Estados Unidos en la frontera con México
—considerada una especie de CIA antinarco— “no está funcionando tan bien como
debería”, pese a decenas de millones de dólares de presupuesto aprobadas en las
últimas décadas.
Realizada
a mediados de este año, la auditoría deja en claro que EPIC sufre de
“debilidades sensibles”, “inconsistencias en su coordinación” y “falta de
información actualizada”, además de una generalizada desconfianza hacia algunos
de sus reportes por parte de agencias de seguridad fronterizas.
El
último dato —sobre desconfianza hacia la forma de EPIC de procesar la
información de inteligencia relacionada con narcotraficantes— fue descubierto
como resultado de una encuesta aplicada a diversas agencias policiacas que
reciben informes del centro, descrito como el cerebro de Washington en la
frontera.
Las
deficiencias más graves fueron detectadas en el principal producto de EPIC: el
reporte Gatekeeper (Guardián de Plaza), que contiene datos sobre la estructura,
operadores y estrategias de los cárteles de la droga mexicanos en ciudades como
Juárez, Tijuana, Laredo y Matamoros.
“EPIC no
está administrando el comportamiento de sus programas de forma objetiva”, se
señala en el texto I-2010-05, de 83 cuartillas, generado a instancias de la
Contraloría Interna del Departamento de Justicia.
“Creemos
que EPIC debe consultar a sus usuarios para pedirles su opinión en relación con
sus productos, porque los reportes Gatekeeper se actualizan poco
frecuentemente.”
***
Los
reportes Gatekeeper de EPIC contienen santo y seña sobre las identidades de
integrantes de los cárteles de Sinaloa, de Juárez, Los Zetas y de Tijuana, y su
objetivo, según explica la propia agencia antidrogas estadunidense, es servir a
manera de “atlas”, además de permitir a las agencias de seguridad de ambos
lados de la frontera cazar o predecir los movimientos de individuos específicos
y de alto valor estratégico, como jefes de sicarios, encargados de logística
criminal, operadores financieros o administradores.
Pero el
reporte no es tan efectivo como se quisiera hacer creer. Para muchos agentes de
seguridad, el documento se ha visto reducido al papel de mera enciclopedia,
según dice la auditoría.
En el
tetxo se destaca: “Los informes Gatekeeper han sido relegados por agentes e
investigadores como material de referencia más que una guía para sus
operaciones cotidianas. Es material anticuado”.
La
auditoría cita los resultados de una encuesta elaborada por distintas agencias
de seguridad estadunidenses para determinar su opinión sobre el reporte
Gatekeeper. Los resultados no fueron halagüeños: “Sólo 26 por ciento de las
agencias lo consideró de valor importante”.
De
hecho, las opiniones sobre este producto son generalmente negativas. Si bien el
reporte es enviado periódicamente a agencias de seguridad a lo largo de la
frontera con México, “muchos usuarios nos dijeron que su información es
anticuada” y no contiene los nombres de los nuevos jefes del narco en la
franja.
El
atraso en las actualizaciones del reporte en cuestión se refleja en una de las
observaciones hecha por los auditores:
“EPIC
publicó su último reporte Gatekeeper sobre corredores de droga en la frontera
sur en abril de 2007”.
Es
decir, la información de inteligencia que se ha proporcionado a agencias
mexicanas y estadunidenses data, en algunos casos, de hace casi cuatro años.
La
auditoría del Departamento de Justicia del país vecino concluyó que “entre más
actualizada sea la información sobre los cárteles, más puede apoyar
investigaciones activas (sobre bandas criminales).
“Sin
embargo, la información de los reportes se vuelve vieja rápidamente, porque
muchos traficantes son encarcelados, asesinados o desarrollan nuevos métodos de
contrabando.”
*¿Qué es
EPIC?
Objetivos
y misión de EPIC
Basado
desde la década de los años 70 en Fort Bliss, en El Paso, EPIC tiene por meta
concentrar, depurar y analizar la información de inteligencia —reportes,
rumores, informes de policías y delaciones— producida en torno al narco en la
frontera con México por agencias como la DEA, el FBI, la Patrulla Fronteriza,
el Departamento de Seguridad Interna, oficinas de sheriffs y el Departamento de
Defensa de Estados Unidos, entre otras dependencias.
Desde el
año pasado y como parte de la Iniciativa Mérida y la estrategia por recuperar
el control de Ciudad Juárez, por primera vez agentes mexicanos del Centro de
Investigaciones sobre Seguridad Nacional y la Policía Federal tuvieron acceso a
las discusiones de inteligencia en sus instalaciones, custodiadas por guardias
militares.
Es un
centro respetado por la comunidad de inteligencia estadunidense, con un enfoque
innegable hacia México, como lo muestra el nombre de su edificio sede,
designado Enrique Camarena en honor a un agente de la DEA asesinado en México
en la década de los años 80.
Víctor
Hugo Michel
twitter:
@vhmichel