Y todo hace suponer que será Néstor Kirchner quién aún esté en el poder para recoger los frutos de su siembra... De algún modo, quizás hasta sea bueno que así suceda. ¿A quién echará culpas entonces? Esa es la apuesta que se hace hoy día en muchas mesas.

En este sentido, la lista es extensa: desde los vecinos hasta aquellos separados por agua u otras tierras tienen en su haber cheques en blanco rubricados por la Argentina. Algún día, posiblemente en el momento menos pensado, lo harán valer. Y habrá que ver cuál es el resto con el que hará frente el actual gobierno llegado ese momento. Por ahora son sólo temas que no ocupan siquiera la agenda presidencial por el sólo hecho de no remover el avispero social. Es decir, que hoy por hoy, todo aquello que no altera a la opinión pública en forma directa no amerita más que un par de portadas sin respuesta oficial y se diluye en 24 ó 48 horas, nada más.

Así sucedió con el conflicto aún abierto con Paraguay respecto al polémico y conflictivo tema de la represa de Yacyreta. Así está sucediendo con Chile y la tarifa del gas y sucede de idéntica manera con Bolivia y la nueva tarifa que fijara Evo Morales mientras Julio De Vido agachaba la cabeza. Si acaso el ministro estrella de la Argentina tuvo que ceder, ¿por qué no habría de hacerlo la premier chilena? Nadie explica, mientras tanto cómo es eso de vender gas a Chile cuando nosotros necesitamos previamente comprarlo. Son temas espinosos que, encima, si nos sinceramos un poco, ni nos interesan... Pero hacen a la imagen de un país. Y la imagen de la Argentina no se mide en encuestas ni hay magos de los porcentajes inflando números para que el mundo nos mire de otro modo.

Las Embajadas hablan por sí solas. Las que en la década del noventa miraban hacia acá con el fin de analizar la posibilidad de traer inversiones y negociar, hoy plantean sólo interrogantes, dudas y conflictividades. A lo sumo algún interés en ver qué les depara el humor presidencial a los intereses que ya están arraigados en el lugar. Pero nada más. Algunos bajan decibeles mientras sonríen casi socarronamente. “No aumentan tarifas pero hay subsidios”, confiesan entre nerviosos e indecisos.

Ahora bien, los subsidios no obedecen el proceso productivo razón por la cual no van a parar a obras de infraestructura. Los apagones en algunos barrios porteños, por ejemplo, dan pauta de ello. Lo que se lee en los medios como “accidente” tiene una entrelínea más profunda y lo cierto es que a nadie le interesa demasiado saber qué dice el renglón de abajo. Mientras la luz vuelva y -si hubo pérdidas en comercios, el gobierno se haga cargo-, la ciudadanía quedará satisfecha y lo ocurrido pasará a la historia como un olvido entre tantos...
Y para eso es la caja del Estado: para tapar los agujeros de las políticas que nunca se han llevado a cabo; para cubrir la desidia y solventar el atropello a las privatizadas, a los empresarios, a los uniformes, al campo...

Después, para el trayecto hacia el 2007 -que es año eleccionario-, hay temas para rato. Causas van a volver a abrirse: sobresueldos, coimas en el Senado, armas o seudo derechos humanos. Cualquier asunto es bueno para levantar cortinas de humo que permitan esfumar lo que no debe quedar en tapas de diarios. Es decir: inseguridad, precios, piquetes o desbandes sociales de la índole que fuesen.

Hay dos marchas que aún no realizadas perturban en Balcarce 50. Una convocada por Bernardo Neustadt en pro de las futuras generaciones y por una verdadera república (7 de Agosto, 19 hrs. Plaza de Mayo) y la otra en pro de la seguridad de la ciudadanía. Esta última no se frena, sin embargo, con soluciones concretas sino con nuevas internas: el “pistolero” de Belgrano, las violaciones en el subterráneo, los robos a comercios – supone el Ministro del Interior, Aníbal Fernández – es tema del jefe de Gobierno. Si encima Jorge Telerman osa candidatearse por afuera la calle puede ponerse aún más peligrosa. Es extraño el modo cómo opera la “delincuencia”... Y es clásico el modo como se siente la impunidad dentro del poder: “a nosotros no nos toca”. ¿Si así fuera cambiarían las cosas? Se piensa en la caída del helicóptero del hijo de Carlos Menem y la pregunta entonces cae en saco roto.

De todos modos, la marcha a la que aludiera en varias oportunidades Juan Carlos Blumberg sigue con fecha dudosa. Hay algo que el Ingeniero maneja mejor que los políticos al menos, y eso es el tiempo. Bien podría asesorar a Roberto Lavagna que se encuentra en el límite de la intemporalidad. El ex ministro sabe que lanzarse ahora tiene elevado costo y está en lo cierto. Pero jugarla de “fiscal” de lo que no se hace o se hace mal como si él no hubiese formado parte del circo actual lo puede dejar al borde del absurdo. Es cierto, hasta del ridículo se vuelve en la Argentina. ¡Y cuántos han vuelto...! 

Tendrá que volver también de ello la ministro de Defensa, Nilda Garré para explicar de qué manera recuperará la operatividad de las Fuerzas Armadas como sostuvo en declaraciones realizadas en Puerto Madryn: “Haré esfuerzos para que esta etapa de decaimiento operativo de las Fuerzas Armadas se frene y revertir esta tendencia” Porque será muy complejo revertir lo que el gobierno ha generado desde que asumiera gracias a una drástica reducción no sólo del presupuesto para la Defensa sino también de cerebros dentro del área. Téngase en cuenta que esas declaraciones fueron además, efectuadas en el marco de otra entrega del patrimonio de la Armada (72 hectáreas) al ámbito político donde es sabido serán utilizadas para clientelismo.

Ahora bien, tras sus afirmaciones, la funcionaria cayó sola en la contradicción al ser consultada sobre la posibilidad de un incremento en la partida presupuestaria para las FFAA: “El país está saliendo de una situación de colapso económico y social, de manera que no vamos a tener el presupuesto que querríamos” Aunque eso sí, no todas son malas... “Prevemos incorporar algunos aviones a (la aerolínea estatal) LADE que faciliten la comunicación del interior de la Argentina”, concluyó Garré. ¡Vaya operatividad que tendrán las Fuerzas con semejante instrumental!

Para un “país serio” es necesario también funcionarios que lo sean aunque no salgan en los medios...

Pese a lo enumerado hasta acá, los temas que hacen realmente al escenario político no han sido siquiera esbozados en este panorama. Y es que, paradójicamente, no es lo que trasciende lo que marca tendencia. 48 horas duraron los superpoderes en las portadas, no mucho más que eso los DNU, el concepto literal de “derechos humanos” para la gestión presidencial traducida en “el caso Hilda Molina” se limitó a unas pocas líneas que nadie sabe ya dónde fueron a parar. De todos modos, el asunto fue tema 6 meses atrás y acaso lo vuelva a ser cuando pasen otros 5 ó 6 meses más. En el “mientras tanto” los derechos humanos -que se suponen leitmotiv para el gobierno-, gracias si se relegan a los setenta porque así sí distraen y evitan se sepa por qué, por ejemplo, el precio de la carne no baja o por qué no aumentan las pre paga (aunque claro, la cuota que se paga ya no cubre hoy lo que cubría la semana pasada) Pero de eso no se habla.

Cuando los problemas superan no se estudia el modo de resolverlos sino mejor se relegan. Esa es la política del gobierno. “Lo que no puedo manejar, lo ignoro” es la sentencia oficial. Pero..., ¿está mal que así sea? No, no se apure a dar su respuesta.
- Piense, mire alrededor, lea, observe que las críticas de este sábado en la exposición Rural en 24 horas tendrán fuerte réplica oficial como lo tuvieran militares, supermercadistas, familiares de la AMIA, de Cromagnon, etc., etc... Pero a más tardar en una semana quedarán en la nada.
- Piense que, recientemente, el Canciller legitima lo ilegal haciendo que la Carta Magna no valga nada. ¿Qué valor puede tener, pues, una misiva de un jefe de Estado reclamando reglas claras? Ilusa resultó Michelle Bachelet. E iluso, Néstor Kirchner, escribiéndole a Fidel...
- Piense que la política de seguridad nacional se definió esta semana con un simple “Metí la pata” que esbozó el ministro del área. Y nadie dijo más nada.
- Piense, después, qué parámetros tiene en cuenta doña Rosa cuando va a votar y si acaso recuerda que el campo realizó un paro exitoso, que no se respeta la palabra menos aún la Constitución Nacional, que el país está aislado del mundo en un momento en que tiene todo a su favor para avanzar hacia mercados más amplios, que se ratificó el uso de DNU o que el Jefe de Gabinete tiene superpoderes para manejar los números...

Y entonces, veremos que, lo Néstor Kirchner hace o deshace, es lo que la sociedad en su conjunto le permite. Y aquello que creemos es lo prioritario de la semana dura lo que duran los castillos de arena en la orilla de la playa. La política argentina actual es comparable – me decía un amigo – a la política de la AFA. Posiblemente, a Julio Grondona nadie lo traga pero sigue al frente del fútbol argentino hace 22 años soportando procesos, denuncias, sospechas, causas y más... En su dedo anular lleva un anillo que dice: “Todo Pasa”. Sin embargo, el que no pasa es él. La pregunta entonces que debe hacerse el pueblo argentino -en este y en todos los casos-, es: “¿Por qué?”

GABRIELA POUSA

(*) Analista Política. Lic. en Comunicación Social (Universidad del Salvador) Master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE)