Para lograr ese fin, la misión de la ONU en el país africano decidió establecer una especie de "zona colchón" en el área de Kanyabayonga, en el noreste del país. El área cubrirá un radio de diez kilómetros, y en ella "todo intento de una parte u otra de entrar estará estrictamente prohibido y será repelido", de acuerdo con la misión.

Los enfrentamientos comenzaron a principios de mes entre el ejército congoleños y efectivos del antiguo Agrupamiento Congoleño para la Democracia (ACD/Goma), que contó con el apoyo ruandés. Estos últimos hablan la lengua kinyarwanda y pertenecen a la etnia tutsi, que gobierna Ruanda, país con el que han mantenido lazos a pesar de estar integrados en el ejército congoleño desde el final de la guerra civil en 2002.

La ONU estima que cerca de 200.000 personas se han visto desplazadas en los últimos diez días como consecuencia de los combates.

Uno de los objetivos del establecimiento de la "zona colchón" es crear las condiciones para ofrecer asistencia a la población atrapada en el conflicto. El conflicto interno en la República Democrática del Congo de 1998 a 2003, en el cual participaron ejércitos de al menos seis otros países africanos y un sinnúmero de grupos rebeldes, dejó un saldo de al menos tres millones de muertos.

Naciones Unidas mantiene unos 10.000 efectivos de mantenimiento de la paz en R.D. del Congo, pero han sido acusados de no hacer lo suficiente para prevenir un rebrote del conflicto. Al mismo tiempo, el ejército congoleño se enfrenta a un problema de disciplina. El domingo, varios batallones han huido ante la intensidad de los combates. Miles de huidos han intentado llegar a Lucero, la principal localidad, a más de 100 Km. al Norte del frente.

Para detenerlos, una frágil barrera de leños se ha colocado a través de este estrecho camino de montaña rodeado de eucaliptos centenarios. En los campos de alrededor, que recuerdan paisajes suizos, el ejército regular ha tendido emboscadas para coger a los desertores. Se ha arrestado a uno de ellos. Está vestido de civil pero disimula de mala manera un arma automática bajo su cazadora. Enseguida se le desarma. La gente se reúne en torno a él. "Pasará ante la auditoría militar", afirma un Oficial. En realidad, se volverá a mandar al frente a la mayor parte de los huidos y desertores.

Al frente de Kanyabayonga se han añadido estos últimos días los de Walikale y Masisi, al Oeste de las regiones controladas por los antiguos RCD/Goma (Unión Congoleña para la Democracia). Una gran parte del este de la República Democrática del Congo está de nuevo en guerra, mientras que las tropas gubernamentales y los movimientos de defensa de los lugareños, llamados "mai-mai", tratan de que termine la influencia ruandesa en el Kivu Norte. La población ha abandonado las localidades que el domingo tomaron los antiguos rebeldes pro-ruandeses. Por ello, los combates no han sido encarnizados. Según el General Onoya, que se ha encargado del despliegue del ejército gubernamental en esta región, la mayor parte de los heridos han recibido tiros por la espalda. El ejército gubernamental, por tanto, huía. Desde Kanyabayonga a la que tomaron el domingo, hasta Kirunba, que se tomó ayer, no había otra cosa, en esos 30 Km. más que el silencio. Ni un alma. Las casas se han saqueado sistemáticamente. Una desolación que da testimonio del terror que suscitan los antiguos rebeldes sostenidos por Ruanda, que progresan hacia el Norte. Más de 100 000 personas de la región han huido a las montañas de alrededor. Los desplazados están librados a ellos mismos. Hace ya una semana que las organizaciones humanitarias presentes en la región, entre ellas Médicos Sin Frontera-Francia, han tenido que marcharse.