Entre los negocios afectados más negativamente por Sandy fueron el turismo (pérdidas de más de 1 billón de dólares y 10.0000 empleos) y la pequeña y mediana escala de fabricación y almacenamiento. Los minoristas, tales como la firma de ropa Eileen Fisher, perdieron inventario cuando Sandy inundó los almacenes y rompieron las cadenas de suministro.

Había unos pocos puntos brillantes: los stores de almacenamiento de edificios como Home Depot registró una disparada en las ventas en lugares afectados por la tormenta. En los tres meses después de la tormenta, la empresa atribuyó 242 millones de dólares en ventas para el evento ya que los residentes y negocios reconstruido junto a sus antiguos hogares y medios de subsistencia.

Del mismo modo Katrina, tras lo cual se presentaron 40 billones de dólares en reclamaciones, una cantidad equivalente a casi la mitad de las reclamaciones en todo el mundo catastróficas realizadas en 2005. Y sabemos por Katrina puede tardar años en recuperarse: según el U.S. Census, ocho años después, la población de Nueva Orleans estaba sólo el 72% de su nivel previo a la tormenta. Eventos como estos muestran cómo el cambio climático, que se traducirá en más tormentas severas, tendrá un impacto económico global enorme y variado, y que los impactos llegarán a nivel local y afectarán a las cadenas de suministro, el comportamiento de los consumidores, las economías regionales y los trabajos downstream.

Sin embargo, los científicos que se reunieron en Japón recientemente para finalizar el reporte del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) sobre los impactos del cambio climático y las vulnerabilidades dijeron que las estimaciones económicas era "difíciles" de hacer. Lo más cerca que llegó a su número total era decir que las pérdidas globales en toda la economía global tienen probabilidad de más del 50% de ser mayor que el 2% del PBI mundial. También señalaron que para la mayoría de los sectores económicos, los impactos del cambio climático serían más pequeños que los impactos de la población y el cambio tecnológico.

Para la mayoría de la gente, lo que importa no son los impactos económicos globales, pero los efectos sobre los lugares donde viven y trabajan. El informe del IPCC pasa mucho tiempo en cómo el clima afecta a la agricultura y los recursos naturales. Aunque, en todo el mundo, tanto como un tercio de todas las personas empleadas trabajan en agricultura, esta proporción está disminuyendo y el sector agrícola aporta aproximadamente el 3% del valor total de la economía global. El informe dice que relativamente poco sobre los impactos en los sectores que hoy impulsan el desarrollo económico y que son las principales fuentes de empleo: las industrias químicas, textiles, electrónica y automóviles; ventas al por menor, servicios de salud y bienes raíces.

Esto es un problema, no sólo para la relevancia del IPCC; sino para la comunidad de investigación en general. Miramos las evaluaciones como el IPCC de traducir las ciencias para los líderes del gobierno, y lo más importante para aumentar la conciencia pública sobre las posibles consecuencias del cambio climático, no sólo en abstracto, sino cómo afectará a sus propios puestos de trabajos y wallets. Este reporte tiene repercusiones de largo alcance. Si el panel tiene poco que decir o no está segura de cómo el cambio climático afectará a las partes importantes de nuestras economías, entonces todo el mundo es menos probable que los informes sean tomados seriamente.

¿Entonces por qué el panel tiene tan poco que decir sobre las consecuencias económicas del cambio climático? Primero, porque en realidad hay muy poca investigación publicada, revisado por expertos sobre los riesgos que el cambio climático representa para la economía. ¿Qué datos tenemos que provienen de los informes de las empresas y estudios realizados por los consultores que no pasan a través de un examen científico colegiado. La última vez que el grupo especial se basó en estudios que tenían menos invulnerabilidad, ellos fueron quemados por los medios de comunicación.

Puede que recuerda el día en el campo de los negadores del cambio climático tenían en 2007, cuando el informe citó documentos sobre la fusión rápidamente los glaciares del Himalaya y las previsiones de fuertes caídas en los rendimientos de los cultivos africanos si no hubieran sido revisados para precisión científica. Algunos científicos del IPCC, incluyendo Malcolm Hughes y Mike Mann, fueron demandados para obtener acceso a los mensajes de correo electrónico relacionados con el informe. En esta ocasión, los científicos estaban comprensiblemente nerviosos por citar algo que no fue revisado por sus homólogos, en especial los informes de los grupos industriales o ambientales.

Eso puso al panel en un aprieto. Esto no es sorprendente, dado que la distribución de los fondos para investigación del cambio climático está desequilibrada, favoreciendo la ciencia física en lugar de la ciencia social. El programa de ciencias sociales y comportamiento del National Science Foundation es la fuente principal de investigación básica financiada por el gobierno federal en ciencias sociales, y la totalidad de su presupuesto para toda la ciencia no-social, sólo el clima es una décima parte del U.S. Global Change Program, que fue de 2.6 billones de dólares en 2013. Lo que significa que si bien hay un robusto programa de satélites de la NASA, hay muy poca investigación básica en ciencias sociales que se realiza en cómo el cambio climático afectará a la economía.

Sin embargo, no hay recursos analíticos y de datos. Las mejores estimaciones de costos del clima han llegado desde el sector privado: los centros de investigación financiados por la industria como el American Petroleum Institute. Las empresas y la industria tienen tanto más en juego y lo que más ganas tienen de saber exactamente lo que va a suceder, dado que sus activos están expuestos a los fenómenos climáticos imprevistos. Tienen que prever las pérdidas y poner los planes de recuperación en su lugar.

Por ejemplo, un informe del Carbon Disclosure project informó sobre una encuesta realizada a más de 2.000 empresas y encontró que el 44% de ellos había sufrido una interrupción en la producción de lluvia o la sequía y el 31% había experimentado mayores costos de producción. Un nuevo informe del Partnership for Resilience and Environmental Preparedness proporciona la directrices detalladas sobre cómo las empresas pueden evaluar la capacidad de recuperación de sus cadenas de suministro ante las alteraciones climáticas, y da ejemplos de cómo Levi Strauss y Starbucks han gestionado los riesgos climáticos para ayudar a sus proveedores a reducir el uso de agua en el algodón o adaptar la producción de café a temperaturas más cálidas.

Algunos de los datos más detallados provienen de las aseguradoras mundiales. Un ejemplo de eso, las inundaciones de Tailandia en 2011 inundaron las instalaciones de fabricación de automóviles y electrónica que se habían construido en los antiguos campos de arroz en la llanura de Chao Praya River, cerca de Bangkok, y causó pérdidas estimadas en más de 45 billones de dólares, reduciendo el crecimiento de la economía tailandesa y afectando gravemente a las ganancias de empresas como Sony y Honda. Toyota informó pérdidas de casi un cuarto de millón de automóviles y suspendió las líneas de producción en todo el sudeste asiático y América del Norte. Debido a la concentración de equipos de fabricación de disco duro en los parques industriales inundados, los precios de los desk y laptop se duplicaron en todo el mundo. Hubo varios estudios que comparan los efectos de la inundación en los diferentes sectores y empresas.

La reaseguradora Swiss Re anunció una herramienta web patentada que mapea la vulnerabilidad ambiental de los terremotos, las inundaciones y eventos climáticos en su página de inicio. Los usuarios pueden personalizar su investigación hasta sus ciudades de los países, infraestructura y activos económicos.

A pesar de que las empresas con frecuencia retienen los datos específicos sobre las operaciones, la estrategia y el rendimiento por razones de ventaja competitiva, hay muchos negocios lo suficientemente interesados en los riesgos climáticos para proporcionar información a los investigadores y analistas lo suficientemente cualificados para llevar a cabo los estudios. Más importante aún, las empresas pertenecen a asociaciones, que realizan periódicamente una revisión del impacto de temas tales como el comercio, el cambio normativo y el desarrollo individual. Mediante la agregación de los resultados de investigación a través de empresas de una industria, este tipo de información se utiliza para llevar a cabo evaluaciones estratégicas de probables consecuencias de las amenazas y oportunidades.

Los estudiosos y analistas de negocios recuperan regularmente los datos de las empresas, proceso que oscurece a la información sensible y luego publican los resultados en revistas revisadas por pares. Estos autores tienen un enorme incentivo para ser exactos, y su trabajo debe servir como punto de referencia a partir del cual se pueden hacer estimaciones más científicas del impacto económico. Debería convertirse en una práctica común para los científicos para convertir y ampliar este tipo de estudios en el análisis robusto de revisión inter pares que se puede utilizar para las evaluaciones del clima.

La comunidad de investigación tiene que estar mucho mejor preparada para las futuras evaluaciones, la publicación de estudios de alta calidad sobre el clima y la economía mucho antes de los plazos para el IPCC y otros informes. Pero esto significa que es necesario que haya una colaboración con el sector privado para recoger buenos datos, y que los fondos de investigación tienen que ser equilibrados. En Estados Unidos, se han destinado varias décadas y billones de dólares en la observación y modelado de la tierra y el análisis de los riesgos climáticos con el agua y la ecología, en comparación con unos pocos miles de millones de dólares al año para los estudios de impacto socioeconómicos.

Los impactos económicos no necesariamente siempre serán negativos o grandes, por eso se necesita de investigación para examinar qué sectores, empresas, trabajadores y regiones se beneficiarán o perderán con qué tipo de cambios climáticos. La comunidad científica ha estado ignorando esta investigación bajo su propio riesgo y poniendo en peligro al planeta: money talks. La ciencia necesita hablar con el dinero.

Seguro climático entre las soluciones empresariales en China

Semanas antes de la cosecha que se inició el verano pasado, los campos de arroz de Li ping se vieron afectados por el clima extremo. Las temperaturas de 95 grados Fahrenheit en la aldea Longtan, en el norte de China durante más de un mes, causando un color más amarillo de las hojas y perjuicios para la producción de granos. Como resultado, la producción de arroz de Li disminuyó en un 20% en comparación con años normales.

Sin embargo, Li no luchó para recaudar dinero para su próxima siembra, lo que hizo después de la pérdida de cosechas anteriores. En cambio, el agricultor de 51 años de edad, espero en su casa por el dinero."He asegurado mi producción de arroz desde 2009", dijo Li. "Con la compensación no se recuperó el total de las pérdidas, pero quitaron parte de la presión financiera". Li es uno de los cientos de millones de agricultores chinos que ahora están utilizando los seguros como una herramienta para protegerse contra los riesgos del cambio climático. China es el segundo mayor mercado de seguros agropecuarios después de Estados Unidos por volumen de primas, y está luchando para difundir el uso de los seguros relacionados con el clima en otros sectores.

El cambio climático ya ha dejado muchas cicatrices en la sociedad china. Los datos de su primera estrategia nacional de adaptación al cambio climático publicado el pasado año muestran que los eventos climáticos extremos han matado a más de 2.000 personas cada año en promedio desde la década de 1990. También cuestan a la economía china más de 200 millones de yuanes (32 billones de dólares) al año en daños económicos directos.

Aunque China ha invertido miles de millones de dólares en la prevención de ese daño, cada vez más frecuente e intensificado los desastres naturales probablemente vinculados con el cambio climático están obligando a gastar más., Según un estudio de 2013 del Climate Group, una organización no gubernamental con sede en Londres, China necesitará al menos 24 billones de dólares por años para realizar acciones de adaptación para el año 2020; por el contrario, el presupuesto estimado de la nación es de sólo 13.5 billones de dólares basado en sus gastos corrientes.

Para reducir esa brecha, el gobierno chino ha hecho un llamamiento para ampliar el financiamiento para el clima a través de las fuerzas del mercado. Los servicios de seguros se encuentran entre las soluciones sugeridas. Las autoridades chinas en los últimos años ya han convenido a cientos de millones de agricultores a comprar el seguro agrícola, la formación de una capacidad para cubrir las pérdidas por valor de 1.4 trillones de yuanes (225 billones de dólares) en 2013. El riesgo climático es conocido como uno de las más peligrosas pérdidas en la agricultura.

"Aunque el gobierno subsidia la compras de seguros, al menos el 20% de las primas de seguros todavía provienen de los bolsillos de los agricultores" dijo Tuo Guozhu, experto en seguros en la Capital University of Economics and Business en Beijing. "Así que en comparación con la ayuda del gobierno, el seguro climático puede reducir la carga financiera del gobierno. También se puede utilizar de manera más eficiente", dijo Tuo. Con el fin de gastar menos en compensación, las empresas de seguros están dispuestas a proteger a los agricultores de los cambios adversos en el clima. Lo hacen mediante la capacitación de los agricultores cómo hace frente a los erráticos patrones climáticos; también tratan de mitigar los riesgos climáticos a través del pago de los servicios de extinción de granizo artificiales, por ejemplo.

Para las industrias que aún tienen que obtener el apoyo del gobierno, mientras que ya están experimentando la amenaza del calentamiento global, la importancia del seguro climático parece ser más evidente.Southern China's Guangdong Meiyan Hydropower Co. Ltd., por un lado, en 2012 compró una póliza de seguro de precipitación que la permite reclamar hasta 80 millones de yuanes (12,9 millones de dólares) si las inusualmente bajas precipitaciones dificultan la salida de sus cinco centrales hidroeléctricas.

Mientras que una solución del seguro es la primera de este tipo en China, "llegamos a un acuerdo con Meiyan relativamente rápido", dijo Stuart Brown, director de soluciones corporativas de Swiss Reinsurance, que se asoció con una firma local para prestar el servicio. "El equipo de management de Meiyan tiene una buena comprensión de la solución", dijo Brown. "Llevaron a cabo su propio cálculo y se enteraron de que habría recibido un pago de seguro de más de 17 millones de yuanes (2,7 millones de dólares) si la póliza de seguro hubiera estado en vigor en el 2011".

Los seguros que el productor de energía hidroeléctrica había obtenido previamente podría protegerlo de los daños causados por deslaves y otros desastres naturales de gran alcance, pero no pudo evitar las pérdidas económicas asociadas a crecientes peligros lentamente, como la disminución de las precipitaciones. Las sequías se evaporaron casi el 30% de los ingresos de producción de energía de la empresa, sólo en 2011, y se espera que tales pérdidas se eleven en el futuro a medida que los cambios climáticos se vuelven más extremos. Otras empresas de energía también están empezando a mirar a un seguro climático. A finales del año pasado, un promotor de parques eólicos en la provincia de Hebei, en el norte de China, firmó un acuerdo con Swiss Re para proteger la volatilidad eólica. La empresa de seguros ahora trabaja con las aseguradoras chinas para desarrollar las soluciones de seguros de temperatura para empresas de calefacción urbana cuyos beneficios suelen ser afectados por los precios fijos de la calefacción y los altos costos debido a los inviernos más fríos.

Mientras que la demanda de seguros climáticos en China es fuerte, los vientos contra tales servicios pueden aún ser más fuertes. Según Brown, de Swiss Re, "muchos altos directivos son conscientes de sus riesgos meteorológicos. Sin embargo, pocos de ellos han hecho un análisis cuantitativo sobre dicha exposición y su impacto en la operación".

La planificación del presupuesto al estilo chino entonces plantea otro desafío. Como explicó Brown, algunos gerentes simplemente no tienen el presupuesto para cubrir por el tiempo, incluso si están convencidos de que es valioso. "Esto es especialmente cierto para algunas empresas de propiedad estatal, que la gestión de ingresos y los gastos estrictamente separados. La prima de seguro, considerado como un gasto, es difícil de obtener la aprobación a pesar de que tiene la ventaja de poner en el flujo de caja cuando se necesita más", dijo Brown.

Tambien hay otro tema de a quién involucrar en la adaptación al cambio climático. Liu Xinlim profesor asociado delDepartment of Risk Management and Insurance de laPeking University, dijo que la recuperación de desastres es tradicionalmente considerado como un trabajo del gobierno chino; por lo tanto, el papel de las aseguradoras está siendo ignorado en gran medida, al parecer, no va a ocurrir.

En una conferencia de prensa organizada el mes pasado en Beijing, Xiang Junbo, jefe de la China Insurance Regulatory Commission, dijo a los periodistas que el gobierno tiene la intención de aprovechar los servicios de seguros en la lucha contra los desastres naturales. Aumenta la presión de las autoridades chinas para hacer porque los siniestros pagados por las compañías de seguros en la actualidad ayudan a muchos países que representan el 30 al 40% de sus pérdidas por desastres, mientras que la contribución es menos del 1% en China.

Con esto en mente, la ciudad de Shenzhen en el sur de China lanzó recientemente el primer piloto de seguro de desastres en el país apuntando a los tifones, las inundaciones costeras y otras amenazas del mar. El gobierno municipal ya ha comprado el servicio de seguro para todos los ciudadanos, y también alienta a los residentes de allí para asegurar su vida y la propiedad contra los desastres naturales.

También hay planes para innovar el diseño de seguros, por lo que es más fácil para las empresas y los ciudadanos para manejas un aumento de los daños relacionados con el clima. Por ejemplo, el stress de calor a la que es propensa la provincia de Anhui, donde los cultivadores de arroz esperan meses hasta que las compañías de seguros evalúen los daños completos, un llamado al servicio de seguro basado en los índices de temperatura se introdujo en 2009. Permite el proceso de compensación para iniciar de inmediato una vez que el aire de las temperaturas vaya más allá de un límite establecido.

Los expertos dicen que esas innovaciones han demostrado su eficacia en la fase piloto, pero la forma de escalar es una cuestión problemática. Aunque los productores de mandarinas en la provincia central de Jiangxi dieron la bienvenida a los nuevos servicios de desarrollo de seguros, quevincula las tasas de compensación directamente con las bajas temperaturas, pocos de ellos pueden pagar las primas de seguros. Las autoridades locales han proporcionado ayuda financiera a algunos productores, pero les resulta difícil subsidiar más.

Y para los afortunados que pueden acceder a los subsidios del gobierno, ellos también tienen sus propios problemas. Elcultivador de arroz Li, por su parte, se quejó que su póliza actual, se puede recuperar solamente la mitad de su costo de producción de arroz cuando los desastres golpean con mayor frecuencia. Si bien tener los seguros climáticos en lugar es bueno, Li dijo que el aumento de la tasa de compensación a través de los subsidios del gobierno podría hacer que sea aún mejor.