Una hipotética depreciación del dólar hasta los niveles de 1,8 unidades por euro reduciría el Producto Interior Bruto (PIB) global europeo entre un 1,5 y un 2% durante los tres años siguientes, recortaría la inflación, llevaría a las economía europeas a la recesión y requeriría una reducción muy agresiva de los tipos de interés en Europa, según una simulación realizada por ING Financial Markets.

La entidad holandesa, que advierte de que no se trata de una previsión, ha realizado esta simulación para exagerar las consecuencias de un rápido aumento en la debilidad del dólar sobre la economía europea y hacer ver así las dificultades si este escenario llegara a ser realidad. No obstante, ING Financial Markets recuerda que un dólar a 1,8 euros sólo representa la mitad del movimiento porcentual que llevó al billete verde desde su mínimo del 6 de julio de 2001 hasta su reciente máximo de 1,36 unidades.

Por otra parte, el Banco Central Europeo (BCE) hizo público ayer un informe en el que señala que el euro se mantuvo el año pasado como la segunda divisa mundial más usada, por detrás del dólar, ocupando el 37% de todas las transacciones diarias en los mercados de divisas.

En su informe anual sobre el papel internacional del euro, la entidad apunta que este porcentaje es prácticamente el mismo que en 2001, cuando esta moneda se empleaba sólo como unidad de cálculo y aún no circulaban los billetes y monedas en efectivo.

En conjunto, el Banco Central Europeo sostiene que la actividad diaria en los mercados de divisas mundiales, que comprende transacciones al contado y a futuro, pasó de 1,20 billones de dólares diarios en 2001 a 1,88 billones de dólares en 2004. Pero las operaciones diarias de derivados de venta directa al público aumentaron aún más y pasaron en el mismo periodo de 575.000 millones de dólares a 1,40 billones de dólares en 2004.

Por otra parte, el euro ha registrado un notable incremento como moneda de facturación por los países del euro en sus exportaciones, especialmente de mercancías, más que en sus importaciones. El BCE observó entre mediados de 2003 y 2004, el periodo comprendido por el estudio, un aumento de la participación del euro en el comercio internacional entre los candidatos y nuevos miembros de la Unión Europea.